miércoles, 22 de febrero de 2017

Mesa redonda "Divulgación histórica en Sevilla"

Tenemos el placer de invitaros al próximo evento en el que Éufrates Revista de Historia va a participar. Aprovechando la celebración de la tercera edición de "La Fiesta de la Historia" en la ciudad de Sevilla, los amigos de Témpora Magazine han organizado una mesa redonda titulada "Divulgación histórica en Sevilla". El evento tendrá lugar este jueves, 23 de febrero, en el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla a partir de las 17:30 horas, y, además de Éufrates y Témpora, participarán The Social Science Post, La RomaPedia, Rea Silvia y La Odisea de la Historia. ¡Nos haría mucha ilusión que nos acompañaseis! La entrada es libre hasta completar el aforo.


¡Éufrates participa en los premios 20blogs! ¿Nos votas?

Los premios 20blogs celebran su undécima edición y ¡Éufrates participa en ella!. Dentro de los distintos premios hay uno que podemos decidir entre todos, por ello, si te gusta nuestro trabajo, nos encantaría contar con tu voto. Solo tienes que registrarte, ya sea a través de tu correo electrónico, Facebook, Twitter o Google+ y pinchar en el siguiente logo, a través del cual se te redirigirá a las tres participaciones que tiene nuestra revista en dichos premios: una para la web, una para nuestra cuenta de Facebook y una para la de Twitter. Sería ideal que votaras en las tres, pero eso queda a tu elección. 


Premios 20Blogs

Tienes hasta el próximo 10 de marzo para votarnos, hasta entonces también podrás acceder pinchando en este mismo logo colocado en la columna derecha de nuestra web.

¡Anímate y vótanos!
¡Muchísimas gracias por tu apoyo!

martes, 21 de febrero de 2017

Quinta sesión del ciclo de conferencias COREDEX/POLYCENTRICSTATES

El próximo viernes, 24 de febrero, tendrá lugar en la Escuela de Estudios Hispano-Americanos la quinta sesión del Ciclo de Conferencias Nodo Atlántico-COREDEX/POLYCENTRICSTATES. En esta ocasión las conferencias estarán a cargo de Pavel Marek (Universidad Pardubice) y Ondrej Stolicka (Universidad Autónoma de Madrid). La primera ponencia lleva el título "La embajada española en la corte imperial 1550-1640 y la formación de la red clientelar del rey católico", por su parte el de la segunda es "La embajada del elector de Brandenburgo en la Corte de Madrid. El caso de Melchior von Ruck en Madrid (1676-1681)". Como es habitual el acto comenzará a las 16:00 horas y habrá finalizado a las 20:00.

Desde Éufrates os invitamos a ir a estas enriquecedoras conferencias que, más allá de las ponencias gozan siempre de un ambiente muy bueno para debatir y plantear cuestiones relacionadas con las intervenciones. Allí estaremos algunos de nosotros y esperamos veros a vosotros también. Para más información podéis contactar directamente con nosotros a través de nuestro correo que os enlazamos AQUÍ. 


La doncella de Orleans: Juana de Arco y la unificación de Francia


Joan of Arc.Dante Gabriel Rossetti (1882)

La figura de Juana de Arco permanece latente en el imaginario colectivo francés, aun cuando su efigie no sólo se define como representativa del nacionalismo galo, sino también de libertad, valor, fe y feminismo. A fecha de hoy, 21 de febrero de 1431, un tribunal inglés iniciaba los juicios contra la Doncella de Orleans, La Poucelle, que se prolongarían hasta su muerte en la hoguera bajo el título de hereje, blasfema y apóstata. Pero, pese a todo, el tiempo ha hecho de Juana de Arco un personaje de talla nacional en torno al que crecen las leyendas sobre sus hazañas y, con ello, la devoción hacia su figura.

Jeanne d'Arc nació en el pequeño pueblo de Domrémy el 6 de enero de 1412, en el seno de una familia campesina. Jacques Darc e Isabelle Romée, sus padres, acostumbraron a la muchacha desde bien temprano a las labores que correspondían al mantenimiento de la granja. Así fue cuando, un día en el que Juana cuidaba del rebaño, se vio acompañada de las voces del arcángel San Miguel, Santa Catalina de Alejandría y Santa Margarita de Antioquía. Según declaraba, «yo tenía trece años cuando escuché una voz de Dios», y hasta tres veces hubo de sentirla hasta que vio desaparecer su miedo y pudo reconocer alas santas y al arcángel, a cuyos llamados respondía con un profundo miedo yrespeto que llegaría a complicar sus confesiones años después. Las voces se sucedieron en más ocasiones, hasta que finalmente aconteció el mensaje clave en la historia de Juana de Arco: «Me decía que yo levantaría el asedio de Orleans». Por voluntad de Dios, Juana habría de luchar por defender el trono de Carlos VII contra una alianza entre Inglaterra y los territorios franceses del norte, quienes habían tomado enclaves importantes como el de Orleans.

El asedio de Orleans comenzó en octubre de 1428, en el corazón de un turbulento contexto donde la monarquía hallaba constantes conflictos internos con ciertas regiones francesas, añadido a la cruenta y larga serie de contiendas contra Inglaterra que se perpetuaba desde 1337, la Guerra de los Cien Años, iniciada el inglés Eduardo III reclamó la corona de Francia a Felipe VI. En los tiempos de Juana, las operaciones militares resultaban más favorables para el bando inglés, que dominaba entonces la mitad norte del país galo. Orleans se encontraba ya sitiada y con sus aliados de Borgoña llegó hasta la zona donde se ubicaba el pueblecito de Domrémy.

La situación había hallado aún más complicaciones tras las consecuencias del Tratado de Troyes, firmado en 1420: un propósito de finalizar la Guerra de los Cien Años entre los reyes Enrique V y Carlos VI, por el cual el rey inglés heredaría el trono francés en cuanto su por entonces dueño muriera. Pero, al fallecer ambos regentes con apenas dos meses de diferencia, el heredero al trono habría de suponerse que era el hijo del rey inglés, Enrique V, si bien el retoño de Carlos VI decidió igualmente asumir el control de los restantes territorios franceses que aún no pertenecían a Inglaterra.

La revelación de Juana de Arco llegó a oídos del delfín de Francia cuando la chiquilla contaba con apenas diecisiete años, en el 1429. Un año antes, Juana de Arco ya había tratado de llegar a Chinon, donde residía Carlos VII, sin éxito. Pero así finalmente y tras ceder a la insistencia de sus voces consiguió arribar a la corte del delfín, no sin suspicacias aunque con el apoyo ciego del capitán de la guardia, en la cual anunció su propósito de coronar a Carlos como rey en Reims. Y, aun cuando la muchacha fue tanteada por miembros de la corte durante semanas para zanjar si tales confesiones venían a causa de alguna posesión demoníaca, fue armada caballero y, a lomos de un corcel y con un estandarte de la dinastía Valois en mano, puso rumbo al rescate de Orleans.


Jeanne d'Arc en armure devant Orléans, Jules Eugène Lenepveu (1886-1890)

El triunfo no se hizo esperar, sucediendo el 8 de mayo de 1429, y así se sucedieron progresivas victorias que allanaron el camino de Carlos VII hacia la coronación en Reims, el 7 de julio. Sin embargo, pese a que tan sólo fracasó en las inmediaciones de París, los pasajes históricos hacen creer que el monarca negó el suficiente contingente militar necesario para proseguir la expulsión de los ingleses en las últimas campañas, y que ignoró a la heroína cuando fue atrapada por los ingleses el 23 de mayo de 1430.

Acaeció en la batalla de Compiégne, un mes antes de lo que las voces de Santa Catalina y Santa Margarita predijeron para Juana, de manos del duque de Borgoña. Manteniéndola cautiva durante unos meses, finalmente la vendió al bando inglés como si de un botín de guerra se tratase, siendo trasladada a donde comenzaría su juicio el 21 de febrero del año siguiente, la ciudad de Rouen. El proceso tuvo la intervención de los inquisidores de la Iglesia, quienes vieron un fácil recurso para condenar a Juana en las voces que escuchaba, aunque el tribunal secular llegó a darle más importancia a la cuestión en torno a las ropas masculinas de la joven que al mismo hecho de sus revelaciones. Engañada y sin contar con un abogado defensor, abjuró de su fe y aguardó su condena en una cárcel para hombres, aludiendo los jueces al hecho de que llevaba pantalones.

Sus setenta cargos eran castigados con la hoguera pública, destacando el más grave de todos, el Revelationum et apparitionum divinorum mendosa confictrix (‘‘Invento de falsas revelaciones y apariciones divinas”). Ello se cumplió así el 30 de mayo de ese mismo año en la plaza del mercado viejo de Rouen, donde más de diez mil personas se aglomeraron para ver incinerada a una joven de escasos diecinueve años, vestida con los ropajes que la Inquisición reservaba a las brujas. Aun con todo, el éxito militar siguió acompañando a Carlos VII, aunque no sería hasta cuarenta años más tarde, con Luis XI, cuando la monarquía central gobernaría definitivamente sobre los principados y se restauraría la unificación francesa, expulsando definitivamente a los ingleses.El turbulento caso de Juana de Arco fue revisado por el papa Calixto III en el 1456, cuando se le consideró inocente frente a la entonces declarada herejía de los jueces que la condenaron. No fue hasta 1909 que la Iglesia cambió rotundamente de parecer con respecto a su visión de Juana, cuando el papa Pío X la beatificó, siendo declarada santa en 1920 por Benedicto XV y santa patrona de Francia.


Joan of Arc's Death at the Stake,Hermann Stilke (1843)


 Lo que continúa trayendo de cabeza con respecto a la joven campesina y guerrera francesa son las posibles explicaciones en torno a sus revelaciones divinas. Se teoriza que pudo deberse a la falta de alimento en un tiempo en el que los borgoñeses ejercían su yugo sobre la zona de Domrémy, así como alucinaciones en respuesta a algún trastorno psiquiátrico, que recientemente se ha diagnosticado como epilepsia parcial idiopática. Pero cierto es que Juana de Arco consiguió en apenas tres meses, desde sus advertencias al delfín de Francia, hacerse de nuevo con el control de Orleans, y arrebatar a los ingleses una importante porción del territorio francés en los sucesivos tres años. El debate sobre qué fue lo que inspiró al talento bélico de Juana continúa abierto, aunque el argumento inquisitorial de la posesión demoníaca se ha tornado para los teólogos en un don especial para la guerra concedido por Dios.

Bibliografía

CORDIER, J. Juana de Arco. Su personalidad. Su papel histórico. México: Grijalbo. 1957.

DE WOHL, L. Juana de Arco. La chica soldado. Madrid: Palabra. 2003.

DENIS, L. Juana de Arco, médium. Vida, pasión y muerte de la doncella de Orleans, qué eran sus voces, visiones, premoniciones y mensajes. Barcelona: Víctor Hugo. 1953.

DUBY, G.; DUBY, A., Los procesos de Juana de Arco. Universidad de Granada. 2005.

Webgrafía

FERRER VALERO, S.. La santa doncella, Juana de Arco (1412-1431). Mujeres en la Historia, 25 de abril de 2011:http://www.mujeresenlahistoria.com/2011/04/la-santa-doncella-juana-de-arco-1412.html. [Consultado el 11 de febrero de 2017]

FERRER, A. ¿Por qué oía voces Juana de Arco?. Quo, 1 de agosto de 2016:http://www.quo.es/ser-humano/por-que-oia-voces-juana-de-arco[Consultado el 11 de febrero de 2017]

Juana de Arco fue condenada a la hoguera. National Geographic, 30 de mayo de 2013:http://www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/juana-de-arco-fue-condenada-a-la-hoguera_7318[Consultado el 12 de febrero de 2017]

Juana de Arco.Biografías y vidas: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/juana_dearco.htm.[Consultado el 12 de febrero de 2017]

Imágenes:

Joan of Arc.Dante Gabriel Rossetti (1882): (https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/44/b8/98/44b89800810785418c70997c43e7ac75.jpg) 

Jeanne d'Arc en armure devant Orléans, Jules Eugène Lenepveu (1886-1890): https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Lenepveu,_Jeanne_d%27Arc_au_si%C3%A8ge_d%27Orl%C3%A9ans.jpg

Joan of Arc's Death at the Stake,Hermann Stilke (1843): https://en.wikipedia.org/wiki/Joan_of_Arc#/media/File:Stilke_Hermann_Anton_-_Joan_of_Arc%27s_Death_at_the_Stake.jpg


Sobre la autora:

Marisa de las Heras

Estudiante de Antropología Social y Cultural por la Universidad de Sevilla y de Geografía e Historia por la UNED. Interesada en la Antropología Política y de las Sociedades Contemporáneas, centra sus proyectos en la prospectiva cultural ligada a las nuevas tecnologías y la globalización. Sus aficiones van desde la literatura hasta teatro, además del aprendizaje de temáticas alternativas a sus estudios como la fotografía, la filosofía o la astronomía.

martes, 14 de febrero de 2017

El grabado japonés ukiyo-e: introducción al japonismo

El análisis de las manifestaciones artísticas en Japón nos conduce necesariamente a la técnica del grabado ukiyo-e, un género especialmente significativo para el estudio de la sociedad y la cultura japonesa tanto por su temática de carácter social como por su relevancia a nivel artístico. Es un género característico de las ciudades del periodo Edo de la historia japonesa (1615-1868), periodo que toma su nombre de la antigua ciudad de Edo, que modificó su nombre por el de Tokyo tras un incendio que devastó casi la totalidad de la urbe.

La palabra ukiyo-e está compuesta por tres kanjis que le otorgan la significación de “pintura del mundo flotante”: uki (flotante), yo (mundo), e (pintura). Es un término que hace referencia al conjunto de grabados xilográficos producidos en Japón desde el siglo XVII al siglo XX, con gran amplitud temática que abarca desde escenas teatrales hasta representaciones de cortesanas y que responde a los gustos de la cultura visual de las nuevas clases urbanas dominantes en Edo. Sin embargo, ukiyo (mundo flotante), palabra con la que se designará a la nueva cultura desarrollada por los habitantes de Edo, es un término originario del Budismo que ha sido utilizado con carácter peyorativo para hacer referencia al mundo efímero e ilusorio al que es necesario trascender para alcanzar el verdadero conocimiento.

Si bien es cierto que conocemos este género por la importancia de su producción y distribución en láminas, su surgimiento se debe al desarrollo de la industria gráfica japonesa y a la exaltación de los valores estéticos del periodo Heian (794-1185), considerados como los valores clásicos, que fueron retomados durante el periodo Edo y difundidos entre todas las clases sociales gracias a la reedición de clásicos literarios. El ukiyo-e es, entonces, consecuencia del desarrollo de los libros ilustrados. Esto es así de tal modo que los artistas de ukiyo-e apenas gozaban de reconocimiento social, y los más valorados eran aquellos con mayor número de trabajos editoriales (Utagawa Kunisada, por ejemplo). La lectura fue la actividad de ocio más concurrida entre los habitantes de Edo, de todas las edades y sexos. El incremento en los niveles de alfabetización y en la demanda de libros generó que en un periodo de un siglo se publicaran más de 10.000 obras, de las cuales gran cantidad fueron clásicos literarios ilustrados con ukiyo-e.

La obra Ise Monogatari (cuentos de Ise) fue la primera en ilustrarse con esta técnica en 1608, una compilación escrita en el siglo IX que cuenta las hazañas amorosas de un aristócrata.



La introducción del color en el grabado (nishiki-e) supuso una importante modernización de la técnica y la temática. Cuando se incorpora el color en la estampa se orienta la producción del ukiyo-e hacia tres grandes géneros: bijin-ga (mujeres hermosas), yakusha-e (escenas del teatro kabuki) y el mitate-e o parodia.


Ejemplo de bijin-ga. Kitawaga Utamaro.


Ejemplo de yakusha-e. Kunimasa IV (Kunisada III).


Ejemplo de Mitate- e. Utagawa Kunisada.

El shogunato Tokugawa  había establecido su cuartel general en Edo en 1603, decisión que tuvo un enorme impacto sobre el panorama artístico de Japón. Los Tokugawa son especialmente conocidos por llevar la paz a un Japón que había estado sumido en numerosas guerras durante la antigua era Sengoku (1467-1615), así como por sumir a la nación japonesa en un periodo de reclusión nacional, iniciado en 1630 y finalizado en 1868 con la restauración del gobierno imperial. La apertura de Japón hacia el mundo a nivel comercial y de intercambio cultural promovió que en Europa se diese el fenómeno conocido como Japonismo, esto es, la inquietud y gusto por la cultura japonesa y su importación al ámbito europeo. El fenómeno del Japonismo europeo es coetáneo al de la occidentalización de Japón. La apertura del comercio implicó el tráfico de técnicas y estilos en ambas direcciones, de modo que, mientras en Europa se estaba iniciando el coleccionismo de estampas japonesas por parte de marchantes y artistas, en Japón la técnica del ukiyo-e perdió protagonismo en pro de la experimentación con técnicas pictóricas traídas desde Occidente.  El arte japonés, entonces, reaccionó ante la estética occidental creando la tendencia artística conocida como Namban, en la cual se entremezclan elementos típicamente japoneses con temas occidentales.

En el campo pictórico, el Japonismo decimonónico toma como objeto de enfoque las propiedades estilísticas de la plástica japonesa, utilizadas como referencia frente al arte academicista. París se había convertido en la capital del arte y los artistas de la bohemia estaban redescubriendo y reinventando la manera de producción  artística. El Impresionismo y el Post- Impresionismo sacaron al artista del estudio, generando una plástica y una temática muy particulares que suponían una auténtica renovación del arte. En esta renovación aparece el exotismo japonés, recién descubierto, cuyas estampas de ukiyo-e comienzan a cautivar a los artistas afincados en París: los trazos reducidos a lo esencial pero siempre expresivos y estilísticos, los formatos verticales, las perspectivas flotantes y asimétricas y la concepción espacial se incorporan, directa o indirectamente, en la obra de muchos de los artistas más representativos del momento. La capital francesa se había consagrado como ciudad hegemónica de las artes y lugar de nacimiento de las nuevas estéticas y movimientos como el simbolismo, el decadentismo o el modernismo. En un ambiente en el que las artes visuales y la literatura son protagonistas del clima bohemio , en el que lo novedoso y lo exótico cobra cada vez más auge, se introducen las estampas japonesas de los maestros de ukiyo-e del periodo Edo. Las obras de Hokusai, Hiroshige, Kuniyoshi, Kunisada, Eisen, Utamaro o Moronobu comienzan a incluirse en las colecciones de artistas como Van Gogh, Toulouse- Lautrec y Degas, de escritores como Emile Zola y los hermanos Stein (Leo y Gertrude) y de marchantes que acabaron incluso especializándose en ellas, como es el caso de Siegfried Bing y Hayashi Tadamasa. Edmond de Goncourt será uno de los grandes difusores, defensores y entusiastas del arte japonés, especialmente fascinado por las estampas eróticas (shunga) y concretamente por Hokusai, de cuyas figuras decían que “debían su seducción la furia de sus cópulas, como encolerizadas, a las volteretas de sus apareamientos destrozando los biombos del cuarto, al entrelazamiento de los cuerpos inextricablemente fundidos; al gozoso nerviosismo de los brazos, ansiando y repeliendo el coito (…) [Edmond de Goncourt, Hokusai. París, Charpentier et Fasquelle, 1896, p.125].

En lo que se ha denominado historiográficamente como Postimpresionismo, el Japonismo juega un papel ya mucho más latente e innovador, de la mano de las figuras de Paul Gauguin, Vincent van Gogh y Toulouse- Lautrec. Si bien estos artistas también adquirieron grandes e importantes colecciones de estampas, su obra dejará entrever una influencia mucho más explícita y directa que en el caso de los artistas de los que venimos hablando. Parafraseando una charla de Picasso con André Malraux, “Van Gogh dijo: ‘todos teníamos un rasgo en común: el arte japonés’”.  Y es cierto que el caso de Van Gogh es especialmente significativo, no sólo por haber adquirido una gran colección de estampas, sino también por reproducir e imitar algunas de ellas en óleo, como El Puente bajo la lluvia de Utagawa Hiroshige, perteneciente a la serie “Cien famosas vistas de Edo”, realizada en la década de 1850.


A la izquierda, el grabado original de Hiroshige. A la derecha, la copia al óleo realizada por Van Gogh en 1887.

 La presencia del Japonismo en España también tiene su eco en artistas de la talla de Pablo Picasso, quien entra en contacto con el arte japonés desde su primera visita a París gracias al contacto con las obras de Van Gogh y Toulouse- Lautrec. Sin embargo, la producción picassiana tiene algunas obras que demuestran el conocimiento y contacto de la plástica japonesa. Su obra Sadayakko, homónima a una compañía teatral japonesa que comenzó a exhibir sus números en París, es un estudio del autor sobre la fuerza gestual, la seducción y la interpretación de la actriz en la obra “La Geisha”.



Pablo Picasso. Sadayakko. 1900-1901, Colección particular.

Encontramos, en definitiva, un género con una importancia artística y cultural que trasciende los límites de sus propias fronteras precisamente por la sencilla singularidad de sus formas, que llevan plasmada en cada trazo la complejidad filosófica, poética y contemporánea de la sociedad japonesa y que tiene como resultado una estética basada en el trazo limpio, seguro, eficaz y continuo; algo completamente novedoso para Occidente.



BIBLIOGRAFÍA

ALMAZÁN TOMÁS, D. Utagawa Kunisada (1786-1865) y la serie “Mitate Rokkasen” (1858): poetas del periodo Heian y teatro kabuki del periodo Edo en el grabado japonés ukiyo-e. Artigrama, núm. 24, 2009.
ALMAZÁN TOMÁS, D. Alexandre Cirici Pellicer (1914-1983) en la historiografía del arte japonés en España: su contribución en “La estampa japonesa” (1949). Nuevas perspectivas de investigación sobre Asia Pacífico. Universidad de Granada.
ALMAZÁN TOMÁS, D. Un artista japonés del periodo Meiji (1868-1912). Ogata Gekkô (1859-1920) en las colecciones de Zaragoza. Cruce de miradas, relaciones e intercambios. Universidad de Granada.
ALMAZÁN TOMÁS, D. El grabado japonés ukiyo-e del periodo Edo (1615-1868) en la colección de Arte Oriental de Federico Torralba del Museo de Zaragoza: el bijin-ga. Artigrama, núm. 29, 2014
ALMAZÁN TOMÁS, D. Miyagawa Shuntei (1873-1914) y la serie Bijin jûni kagetsu. Modas y costumbres tradicionales en el ukiyo-e de la era Meiji. Artigrama, núm. 25, 2010.
ALMAZÁN TOMÁS, D. El grabado ukiyo-e como reflejo de valores de la cultura japonesa. Japón: identidad, identidades. Universidad de Zaragoza. 
ALMAZÁN TOMÁS, D. El grabado japonés ukiyo-e de era Meiji (1868-1912) en la colección de Arte Oriental de Federico Torralba del Museo de Zaragoza. Artigrama, núm. 26, 2011.
ALMAZÁN TOMÁS, D. La seducción de Oriente: de la Chinoiserie al Japonismo. Artigrama, núm. 18. 2003.
ALMAZÁN TOMÁS, D. Las exposiciones universales y la fascinación por el arte de Extremo Oriente en España: Japón y China. Artigrama, núm 21, 2006.
ALMAZÁN TOMÁS, D. El pintor José Blanco Coris (1862-1946) y su Manual de Arte Decorativo (1916): la enseñanza del arte extremo oriental y el fenómeno del Japonismo en España. Artigrama, núm. 19, 2004.
ALMAZÁN TOMÁS, D. Geisha, esposa y feminista: imágenes de la mujer japonesa en la prensa española (1900-1936). Stvdivm, Revista de Humanidades, núm. 10, 2004.
ARAGUÁS BIESCAS, P. Del Japonismo al Futurismo: el gusto por lo japonés en Italia (1889-1945). Universidad de Zaragoza.
ARAGUÁS BIESCAS, P. El Japón Taisho (1912-1926) y el japonismo en la revista L’Illustrazione Italiana. Artigraman, núm 22. 2007.
ARAGUÁS BIESCAS, P. El arte japonés en Italia: la labor de difusión de Vittorio Pica (1862-1930). Stvdivm, Revista de Humanidades, núm 16, 2010
BRU, R. Ukiyo-e y japonismo en el entorno del joven Picasso. (http://www.bcn.cat/museupicasso/es/exposiciones/temporals/imatgessecretes/japonismo_ESP.pdf)
BRU, R. Tentáculos de amor y muerte: de Hokusai a Picasso. (https://ricardb.files.wordpress.com/2010/06/picassosgunga-esp54_69.pdf)
CABAÑAS MORENO, P. Sobre las fuentes de difusión y conocimiento del arte japonés en Occidente durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Correspondencia e Integración de las Artes. Universidad de Málaga, 2004.
CABAÑAS MORENO, P. La imagen de la mujer en el grabado japonés. Revista de estudios asiáticos, núm. , págs. 137-151. 1996.
FAHR-BECKER, G. Grabados japoneses. Ed. Taschen, 1999.
FERNÁNDEZ DEL CAMPO, E. Las fuentes y lugares del Japonismo. Anales de Historia del Arte, 2001. Págs. 329-356.
GARCÍA RODRÍGUEZ, A. Cultura popular y grabado en Japón. Colegio de México, 2005.
GUTH, Ch. El arte en el Japón Edo. Ed. Akal, 2009.
LANZACO, F. Los valores estéticos de la cultura clásica japonesa. Ed. Verbum, 2003.
SAID, E. Orientalismo. Nuevas ediciones de Bolsillo, 2003.
SHONAGON, S. El libro de la almohada. Alianza, Madrid, 2004.


WEBGRAFÍA

SOBRE LA AUTORA
Cristina Busto
Graduada en Historia del Arte por la Universidad de Salamanca, promoción 2012 - 2016, con un Trabajo Fin de Grado dedicado a la presencia del grabado ukiyo-e en el arte occidental de los siglos XIX y XX. Actualmente investiga aspectos del arte contemporáneo, centrándose especialmente en el Dadaísmo y su repercusión; y sobre las relaciones entre la literatura y la plástica. 

martes, 7 de febrero de 2017

Adriano. Los oráculos y vaticinios como legitimación en su subida al poder



Moneda de la época del emperador Adriano.

Durante la Antigüedad estuvieron muy extendidas las creencias en los oráculos, profecías, vaticinios o presagios, especialmente ligados a las figuras llamadas a desempeñar un papel importante en la Historia. Si echamos una rápida ojeada a las biografías escritas por Suetonio y Plutarco, podemos comprobar que existe una gran cantidad de referencias a estos elementos. Ambos autores coinciden cronológicamente con el reinado del emperador Adriano (117-138). Adriano guardó siempre especial interés y predilección por la cultura griega. Prueba de ello es que dedicó buena parte de sus viajes a visitar las polis griegas, las cuales serían objeto del beneficio y la intervención imperial, e incluso, la Historia Augusta nos cuenta cómo desde bien pronto recibió el sobrenombre de Graeculus, “grieguecillo”. A esto hay que añadirle un gran interés por la religión y por la interpretación de los presagios y prodigios.  

La adivinación era un elemento más de la religión en el mundo antiguo y existían dos maneras de aproximación a ella, bien mediante el influjo directo del dios, muy arraigado en el mundo helénico, bien mediante la observación de señales, como en el caso de la religión romana. Por otra parte, en el mundo grecolatino, los oráculos, desde una perspectiva política, tenían un sentido de legitimación del poder. Esto es especialmente palpable en la Grecia Antigua, como en el caso de Minos o de Licurgo, quien establecería la famosa Rethra o constitución espartana después de consultar al oráculo de Delfos, pero también en Roma con el Rey Numa Pompilio. El respaldo de la divinidad en estos casos vendría a justificar el establecimiento de leyes y el gobierno de los dirigentes.


Egeo, mítico rey de Atenas, consultando a la Pitia, el Oráculo délfico, sentada en un trípode.

En el caso de Adriano, su ascenso al poder no estuvo exento de complicaciones. Nacido en Itálica, era sobrino segundo del entonces emperador Trajano. Había desempeñado una carrera política y militar conforme a la clase senatorial, pero, como recoge Dión Casio, no habría recibido ningún honor especial de parte de Trajano, por ejemplo, ser de los primeros en ser nombrado cónsul durante su reinado. En este caso no encontramos una asociación al trono como césar, tal y como sí hicieran otros emperadores, a saber, Vespasiano con su hijo Tito o Nerva con el propio Trajano. A pesar de ello, su situación era ventajosa a la muerte de su tío, que se disponía a regresar a Roma al no poder continuar la campaña pártica. Adriano había quedado como legado en Siria y contaba con el apoyo de la emperatriz Plotina y del prefecto del pretorio Atiano. En su lecho de muerte, gracias a la intervención de estos dos últimos personajes, Trajano habría designado a Adriano como su sucesor. 


Representación de Adriano con ropajes griegos (estatua de época victoriana).

No obstante, el episodio no está del todo claro y el propio Dión Casio relata que:

Mi padre, Aproniano, que fue gobernador de Cilicia, se había enterado con total precisión de toda la historia sobre él y solía relatar los diversos incidentes, contando en particular que la muerte de Trajano fue ocultada durante varios días para que se pudiese anunciar primero la adopción de Adriano. Esto, además, quedó demostrado por las cartas de Trajano al Senado, pues no iban firmadas por él, sino por Plotina, aunque ella nunca antes había hecho algo así.

También la Historia Augusta recoge distintas versiones de lo que pudo ocurrir. Según esta fuente, Trajano pudo haber pensado nombrar sucesor a Neracio Prisco, haber querido imitar a Alejandro Magno no habiendo dejado sucesor o dejado una lista con posibles candidatos para que fuese el Senado quien escogiere o, incluso, que la designación de Adriano se trató simplemente de un ardid de Plotina.

En cualquier caso, la sucesión de Adriano, que proyectaba un programa político distinto al de su antecesor, no estaba del todo clara. Tal es así que, antes de regresar a Roma, envió a Atiano como prefecto del pretorio para preparar su llegada a la ciudad. Incluso se llegó a eliminar físicamente a aquellos posibles aspirantes al trono que pudieran hacerle sombra, como es el caso de Palma, Celso, Lusio Quieto y Nigrino, partidarios y colaboradores de Trajano. En estas circunstancias, Adriano se mostró favorable a cualquier elemento de legitimación que pudiera fortalecer su posición.

Aquí es donde cobran importancia los distintos vaticinios que pudieran augurar su ascenso al poder. La Historia Augusta cuenta como Adriano, tras nuevas fricciones con su tío segundo, decidió echar las suertes virgilianas (es decir, abrir una obra de Virgilio al azar y tomar el texto que aparecía como un presagio) saliéndole unos versos sibilinos que anunciaban la llegada al poder de Numa Pompilio, con el que se identificaría. Igualmente, también recibiría la premonición de que llegaría a ser emperador gracias a una respuesta procedente del templo de Júpiter Nicéforo. Parece ser también que, en el contexto de las guerras párticas, consultó el oráculo de Dafne en Antioquía para conocer su destino. Así, después de mojar una hoja de laurel en la fuente Castalia, la retiró cubierta de una escritura que anunciaba que algún día se haría cargo del estado.  El mismo Casio, nos dice que mientras estaba en Antioquía, Adriano había tenido un sueño en el que un fuego descendía de los cielos en un día claro y brillante y que éste caía sobre el lado izquierdo de su garganta y luego sobre el lado derecho sin herirle ni causarle temor. Más allá de la veracidad de estas historias, lo que nos interesa es que Adriano, como otros emperadores en el pasado, no dudó en servirse de las respuestas de los oráculos y en los presagios para apuntalar su legitimidad y ascenso al poder.


Bibliografía

Blázquez, J, M., Adriano. Barcelona: Ariel, 2008.

Casio, D., Historia romana. Madrid: Gredos, 2004.

Espinosa Espinosa, D., “La adivinación en Roma: orígenes, fundamentación y crítica especulativa de su práctica”, Polis: revista de ideas y formas políticas en la Antigüedad Clásica 20 (2008): 43-72


Hernández de la Fuente, D., “Oráculo y ley. Una aproximación a la influencia política de la adivinación en la antigüedad”, Espacio, tiempo y forma. Serie II, Historia antigua 22 (2009): 299-309.

Imágenes





Sobre el autor

Francisco Jesús Fraile Delgado 

Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla y actualmente está cursando el Máster Universitario en Profesorado de Educación Secundaria, por la especialidad de Geografía e Historia. Además, colabora en algunos proyectos de investigación histórica local.