“En
el régimen hitleriano y en su actividad previa a la toma del poder, la
propaganda
no es sólo un aspecto fundamental
sino que en realidad lo es todo”.
A. Pizzarroso, Historia de la propaganda (2013).
El dominio y control de
las masas es imprescindible para el soporte de cualquier Estado. El Tercer
Reich, consciente de ello, no sólo creó el ministerio de Propaganda, sino que le
dedicó la mayoría de los recursos, incluso por encima del ministerio de Guerra.
A la cabeza de dicho
ministerio se encontraba Joseph Goebbels, uno de los colaboradores más cercanos
de Adolf Hitler y quién se encargará, entre otras cosas, de extender la
veneración al Führer. Ayudándose de la capacidad
oratoria de Hitler, dotará a su imagen, a través de toda la parafernalia que lo
englobaba de una especie de liturgia mística, que se traducirá en un público
receptivo. De esta manera, el partido nazi y el Estado Alemán serán
inseparables y estarán basados principalmente en la veneración al líder, llevando
la propaganda a todos los recovecos de
la sociedad.
En un primer momento la
propaganda se sirvió, del descontento generalizado que provocó el Tratado de
Versalles para asociar la república democrática de Weimar con la humillación
del Estado alemán. El apoyo al nazismo llegó, de la mano de aquellos que veían
en el partido nazi la única salida para terminar con las instituciones
políticas de la primera democracia en Alemania, descargando sus cóleras y frustraciones sobre la comunidad judía.
El Ministerio de Propaganda
permitió la aceptación y compromiso incondicional de los alemanes que entraban
dentro de la volksgemeinschaf (comunidad popular) a base de mensajes muy
concretos del Führer. Por tanto, lo que el régimen nazi pretendió
con la propaganda fue, fortificar los lazos entre alemanes y el ideal de
pertenencia a una raza y geografía común, a través del ensalzamiento nacional.
Así lo plasma Hitler, consciente
de esto desde la I Guerra Mundial, en su famoso libro “Mi Lucha”: Las asambleas de grandes muchedumbres son necesarias, pues cuando a ellas asiste el
individuo acometido del deseo de alistarse en un flamante movimiento y temeroso
de encontrarse solo, recibe allí la primera impresión de una numerosa
comunidad, lo cual ejerce un efecto vigorizador y estimulante en la mayoría de
las personas. Éstas se someten a la mágica influencia de lo que llamamos
sugestión de la multitud (…).
Goebbels, juicioso de
que no bastaba con los frenéticos discursos de Hitler, preparados con
escrupulosa minuciosidad, trasladó el ideal del nazismo a multitud de
escenarios: radio, carteles, música, canciones nacionalistas, cine, teatro… Hábilmente
le prestó especial atención al mundo del cine, dictando en 1934 un nuevo
reglamento cinematográfico, endureciendo la censura y controlando el componente
ideológico de éstas. En palabras de Julián Echazarreta se prohibieron de una manera especial los guiones que fuesen contra el espíritu de los tiempos o contra la
sensibilidad nacionalista y se cuidaba que estos filmes reflejasen el espíritu
nazi y que sus productores perteneciesen a la raza aria.
La propaganda llevada a
cabo mediante de carteles fue de lo más exuberante. A continuación podéis ver
dos de los muchos que el régimen nazi utilizó para concienciar a la población
sobre los peligros que presentaba el judío en la sociedad germana, ligándolo al
comunismo internacional. El objetivo principal de este tipo de exposiciones fue
impulsar el odio hacia este grupo social a través del miedo.
Además de la agudeza del impacto
visual, fue esencial la emergencia de nuevos actores sociales para el régimen
social único, como fueron los adolescentes y los jóvenes. El encuadramiento
propagandístico del régimen nazi es proyectado por la famosa hitlerjugend
y así se hacía notar en un fragmento de la Ley sobre Juventudes Hitlerianas que
podemos leer a continuación;
“De
la Juventud depende el futuro del pueblo alemán. La juventud alemana reunida
debe, por ello, encontrarse preparada para sus futuros deberes para con el
pueblo. Por tanto el Gobierno del Reich ha dado término al siguiente decreto,
el cual será promulgado aquí:
1.
Toda la juventud alemana que se encuentre dentro del Reich estará unificada en
las Juventudes Hitlerianas. 2. Toda la juventud alemana, además de ser criada
en la familia y en la escuela, será educada en las Juventudes Hitlerianas
física, intelectual y moralmente en el espíritu del nacionalsocialismo para el
servicio del pueblo y de la comunidad. 3. La misión de educar a la totalidad de
la juventud alemana por medio de las Juventudes Hitlerianas se encomienda al
líder del Reich para la Juventud Alemana en el NSDAP. Él es el Líder de las
Juventudes del Reich, por eso tiene el puesto asignado de una autoridad del
Gobierno con sede en Berlín, bajo la inmediata dependencia del Führer y
Canciller del Reich. 4. Todas las regulaciones necesarias para la ejecución y
consumación de esta ley serán promulgadas por él.
Führer y Canciller del Reich Berlín, 1 de diciembre Firmado: Adolf
Hitler y Doctor Lammers En: MacNab, Chris; El Tercer Reich, Libsa, 2010”.
Lo que parece claro es que el principal elemento propagandístico del
régimen, fue la personificación de Hitler y los discursos que pronunció durante
la segunda mitad de los años 20 y principios de los 30, ya que tanto él como
Goebbels supieron adaptar cualquier propaganda del pasado a las necesidades de sus
tiempos, estimulando, en buena parte, el auge del nazismo en Alemania.
Bibliografía:
Heis Emanuel, F. “Las
Juventudes Alemanas y el problema Psico-sociológico de la formación de
Identidad y pertenencia” en XIX Jornadas Interescuelas/Departamentos de
Historia. Universidad de Cuyo, Mendoza, 2013.
Montero, J. “Para
captar alemanes. La propaganda nazi en la España de la Segunda República
mediante películas (1933-1936)”, Comunicación
y sociedad, Vol. XX, nº 2 (2007), 111-131,
Montes Pérez, C. “Cuerpos
representados, cuerpos dominados. Poder y representación en los carteles de
propaganda nazi”, Thémata. Revista de
Filosofía, nº46 (2012), 707-716.
Moreno Cantano, A. y
López Zapico, M. “Propaganda del odio: las exposiciones anticomunistas en el
Tercer Reich”, Historia y Comunicación
Social, Vol. 19 (2014), 171-192.
Pineda Cachero, A. “Orígenes
históricos-conceptuales de la teoría de la propaganda nazi”, Revista Historia y Comunicación Social, nº
12 (2007), 151-176.
Imágenes:
Juventud al servicio
del Führer:
http://anafrank.educ.ar/archivos/popup1-2-1.html
Oficiales del mañana:
http://www.taringa.net/posts/imagenes/11107615/Carteles-Propagandisticos-de-la-Segunda-Guerra-Mundial.html
Posters de la
exposición Bolschewismus ohne Maske:
Moreno Cantano, A. y
López Zapico, M. “Propaganda del odio: las exposiciones anticomunistas en el
Tercer Reich”, Historia y Comunicación
Social, Vol. 19 (2014), 171-192.
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