No
son pocas las perspectivas desde las cuales se ha tratado la relación entre el
régimen franquista y la masonería española. Durante el régimen (1939-1975) las
continuas menciones por parte del caudillo a la masonería como una amenaza
política, económica y religiosa para España, convencieron a muchas de las
personalidades más apegadas al dictador. Tras la muerte de Franco se publicaron
muchos estudios que el régimen habría vetado, entre ellos los que trataban de
la llamada amenaza judeomasónica-comunista, arrojando bastante luz sobre estos
temas, que el franquismo había convertido en centrales. En la actualidad muchos
de estos estudios aún tienen vigencia, en especial los realizados por José Antonio
Ferrer Benimelli, por lo que tras una enorme producción en las décadas de
1980-90, se han dado prácticamente por cerrados.
El compás y la escuadra, uno de los símbolos masones más conocidos
La
masonería para Francisco Franco Bahamonde fue una obsesión mucho antes de ser
caudillo de España, por ello una de las cuestiones enigmáticas sobre su figura
era si en algún momento Franco había sido rechazado de una logia masónica,
momento a partir del cual se obsesionó por acabar con todas ellas. Sin embargo
esto no está lo suficientemente probado, ni siquiera es un dato que nos sea
especialmente relevante para explicar su fijación con la “amenaza masónica”.
Para Franco, los masones eran la causa de la decadencia histórica y la
degeneración política de España, como así escribía en el diario “Arriba” en
1946:
Desde que Felipe Wharton, uno de los
hombres más pervertidos del siglo, fundó la primera logia de España hasta
nuestros días, la masonería puso su mano en todas las desgracias patrias. Ella
fue quien provocó la caída de Ensenada. Ella, quien logró la expulsión de los
jesuitas, quien forjó los afrancesados, quien minó nuestro imperio, quien atizó
nuestras guerras civiles y quien procuró que la impiedad se extendiera. Ya en
nuestro siglo, la masonería fue quien derribó a Maura y quien se afanó a la
monarquía y, finalmente, quien se debate rabiosa ante nuestro gesto actual de
viril independencia ¿Cómo se nos puede negar el derecho de defendernos de ella?
Periódico El Español, publicación de 1943 hablando sobre la masonería.
Además,
según Franco, la lista de masones era interminable y abarcaba desde su propio
hermano, Ramón Franco, hasta generales del ejército como Aranda, Ovilo y
Cabanellas, o personalidades como don Juan de Borbón, el duque de Alba y el
infante Alfonso de Orleans. La sociedad española parecía estar impregnada de la
masonería y por ello se necesitaba una cruzada para acabar con ella entre otras
cosas que empezó en 1936 y que no terminaría hasta la muerte del dictador en
1975. Franco admiraba la contundencia con la que se venían persiguiendo a los
masones y judíos en la Italia de Mussolini y en la Alemania nazi que se habían
iniciado en 1925 y 1933 respectivamente en estos territorios.
Francisco Franco Bahamonde
El
levantamiento militar no tardaría en pronunciarse contra la masonería
oficialmente, fue en 1936 con la toma de Santa Cruz de Tenerife cuando se
decretó el requisamiento de los archivos y las bibliotecas masónicas. Este fue
el primero de muchos decretos franquistas contra la masonería como el de
diciembre de 1938 cuando prohibió todos los símbolos masónicos. El 9 de febrero
de 1939 en la redacción de la Ley de Responsabilidades Políticas, ponía a la
masonería como un pensamiento fuera de la ley, y condenaba a todos los que
habían sido masones hasta 1936 y no se hubieran retractado. En 1940 se
implantan las máximas penas legales para las personas pertenecientes a logias
masónicas o comunistas. Se prohibía la ocupación de cargos públicos y
administrativos, y la creación de empresa a todo masón, judío o comunista, a la
vez que se establecía la confiscación de sus bienes por el Estado en cualquier
momento. Para que este control fuera efectivo se constituyó el Tribunal de
Represión de la Masonería el 1 de marzo de 1940 que estuvo en vigor hasta 1963,
cuando se sustituyó por el Tribunal del Orden Público por “no haber masones a
quienes juzgar”.
Como
hemos mencionado antes, durante el franquismo, el propio caudillo se ocupaba de
escribir en contra de los judeomasones-comunistas que supuestamente ponían en
peligro a la patria. Publicaba artículos como el fragmento que os hemos
mostrado antes y que recopiló en un libro llamado Masonería en 1952 bajo el pseudónimo de Jakin Boor, en los que
hacía constantes alusiones a esa conspiración internacional contra España y el
régimen franquista en términos parecidos a estos:
En la pérdida del imperio colonial,
en la cruenta guerra de la Independencia, en las guerras civiles que asolaron
España durante el pasado siglo, y en las perturbaciones que aceleraron la caída
de la monarquía constitucional y minaron la etapa de la dictadura, así como en
los numerosos crímenes de Estado, se descubre siempre la acción conjunta de la
masonería y de las fuerzas anarquizantes movidas a su vez por ocultos resortes
internacionales (BOE, 2 de marzo
de 1940).
Libro Masonería, Jakin Boor
Otro
de sus pseudónimos, con el cual escribió la novela Raza, fue Jaime Andrade. En esta novela Francisco Franco hizo
conectar a los protagonistas buenos con los Austrias y a los enemigos de estos
con los masones.
Libro Raza, Jaime de Andrade
El
fantasma de la masonería era algo que parecía cercar constantemente al
dictador, a lo que este debía responder con “castigo ejemplar y rápido”. Esto
se tradujo en un baño de sangre que cubrió toda España más allá de la Guerra
Civil (1936-1939), ser masón fue considerado “delito de lesa patria” con los
consiguientes fusilamientos a todos aquellos que eran sospechosos, supuestas
logias de todo el territorio español quedaron reducidas a números de muertos
como la de Salamanca, Zaragoza o Trafalgar, donde se fusilaron a casi treinta
personas en cada una. Por supuesto, como en toda redada de este tipo, entre los
fusilados había personas que no eran masones, judíos, ni comunistas, y quizá nada
tenían que ver con ellos.
En
realidad la masonería no era un partido político, ni un sindicato, ni siquiera
fue nunca un grupo de presión en España. A la masonería se le han atribuido
ciertas ideas como la lucha contra el poder del clero y las doctrinas
religiosas, contra la monarquía, el militarismo, etc. Sin embargo la práctica
no solo en España, sino en otros países como Inglaterra, Francia o Italia, en
muchas ocasiones demuestra todo lo contrario. La persecución contra la
masonería por los líderes del levantamiento militar de 1936, hizo que la
masonería se posicionara del otro lado y que justificara en muchas ocasiones
por escrito o por declaraciones públicas unos ideales que no tenían por qué
casar exactamente con los suyos, pero que tuvieron que hacer suyos en su
posicionamiento político, tal y como se puede ver en el siguiente fragmento
cuando a principios de 1937 los masones de Cataluña lanzaron este manifiesto al
pueblo:
¿Por qué este odio del fascismo
contra la francmasonería? Porque representa, en el orden de las ideas, la
antítesis del fascismo. Porque sin ser un partido político, una religión, ni
una asociación de clase, la francmasonería ha sido siempre un obstáculo
formidable contra toda clase de tiranías, una barrera contra el falso nacionalismo
fascista, el cual, bajo la apariencia de un patriotismo exaltado, encubre
solamente los viles apetitos de un capitalismo sin entrañas y el afán de
dominio de los que quieren mantener por la fuerza su dominio sobre las
conciencias y acaparar todas las riquezas, apoyando sus privilegios, unos y
otros en un militarismo incivil y despótico.
La
afirmación de Franco a algo más de un mes de su muerte de que existía “una
conspiración masónico-izquierdista en la clase política, en contubernio con la
subversión comunista-terrorista en lo social”, nos ayuda a hacernos una idea de
que pese a las persecuciones, condenas, fusilamientos, incautación de bienes, y
la propia afirmación en 1963 de que ya “no había masones a los que juzgar” que
certificaba su aniquilación en el territorio español, Francisco Franco
Bahamonde murió pensándose cercado por la que había sido su obsesión, la
conspiración judeomasónica-comunista contra España.
Bibliografía
Ferrer
Benimeli, J. A. “Franco y la masonería” en Fontana, J. (ed.) España bajo el franquismo, Barcelona:
Crítica, 2000, 246-268.
Ferrer Benimeli, J. A. (Coord.) La masonería en la
España del siglo XX, Toledo: Universidad
de Castilla la Mancha, 1996.
Alessandro
Mola, A. “Masonería y política: una nueva cara del mito masonería-revolución.
¿La masonería tiene una ideología y “hace política”? ¿Los políticos fueron y
son tales porque fueron masones y los masones siempre fueron hombres que
tomaron partido?”, Studia Histórica
Contemporánea, nº 23 (2005), 103-129.
Imágenes
Masonería:
https://todoestarelacionado.files.wordpress.com/2012/06/logo-escuadra-y-compas-masones.jpg
Franco:
http://vignette1.wikia.nocookie.net/althistory/images/7/7d/Franco_cabr%C3%B3nazo.jpg/revision/latest?cb=20150403212627&path-prefix=es
Masonería,
Jakin Boor:
http://3.bp.blogspot.com/_QEsDAL7QN84/TTWGAOKnm8I/AAAAAAAABlI/59eZtO7ZK5A/s1600/AAAAAAAAAAAA7.jpg
Raza,
Jaime Andrade:
http://cloud2.todocoleccion.net/libros-segunda-mano-guerra-civil-espanola/tc/2015/02/12/12/47711129.jpg
Enhorabuena por el artículo. Comentar también que hay otra leyenda además de la que has formulado de que Franco no fue admitido como miembro de esta logia y por ello su persecución. Su padre también al igual que su hermano era masón y se cuenta que por la nefasta relación del dictador con su padre, este tuvo como objetivo perseguir la masonería. Por otro lado, el régimen confiscó una sala masónica por la zona de Oviedo y se conserva tal y como estaba dispuesta en la sala de exposiciones del Archivo de la Memoria Histórica de Salamanca. Está abierto al público y se puede visitar.
ResponderEliminarHola Aurora! Muchísimas gracias por tus felicitaciones y tu comentario en general. Es cierto que existen muchas teorías con respecto a este tema, algunas más creíbles y otras más conspiranoides, pero la verdad es que todas me parecen muy muy interesantes. Lo de la sala masónica... tengo que ir a verla, porque estas cosas merecen la pena. Muchísimas gracias por toda la información, queda aquí, como añadido al artículo. Un saludo Aurora, ¡espero ver más comentarios tuyos en nuestra revista!
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