Desde que comenzaron a hostigar los mares, los piratas
gozan de un halo de romanticismo que ha venido exaltándose como el cénit de la
libertad en el seno de una sociedad rígida, frívola y solemne de la que todo
hombre podía huir si se unía a las filas de una tripulación bajo la bandera
negra. La piratería era entendida como sinónimo de una vía de escape, de
labrarse un porvenir independiente aun con la criminalidad que aquello
conllevara –o con más razón, quizá por el morbo que traía consigo– y que,
siendo más o menos ajustado a la fantasía que le es asociada, desde luego
constituía un fenómeno que no podía permanecer ajeno a todo aquel que aspirase
a más allá del encorsetamiento impuesto por su clase, su fortuna, su familia o
su género. No resulta extraño elucubrar cómo probablemente no sólo los hombres,
sino también las mujeres, soñaran con aquella distintiva libertad vinculada a
la vida del pirata, cuando especialmente el papel de la mujer se reducía al
hogar y la familia. Es así como, más allá de sus fantasías, Anne Bonny lograría
formar parte de la Edad de oro de la piratería como tantas otras mujeres que
habían alcanzado aquella forma de libertad.
Anne Bonny
No obstante, su vida se ve rodeada de un aura de
misterio que hace de la precisión de su biografía tarea ardua, encargándose de
ella el Capitán Charles Johnson en A
General History of the Robberies and Murders of the most notorious Pyrates. Pese
a ser una obra contemporánea a ella, publicada en el 1724, y que recogía sus
hazañas junto con las de otros grandes piratas que la acompañaron en aquel
célebre tiempo de pillaje, Johnson ha llegado a ser considerado por teóricos de
la literatura como un seudónimo del escritor Daniel Defoe. Por ello, pese a la
existencia de documentos oficiales que constatan la realidad de la figura de
Anne Bonny, es preciso constatar que en cuanto a la vida de la bucanera, lo
único absolutamente cierto es la inspiración que ejerce como mujer que se
aventuró al riesgo de buscar la libertad.
Nacida como Anne Cormac, su llegada al mundo al Condado
de Cork, en Irlanda, no tiene fecha conocida, situándose entre los años 1698 y
1703. Su vida se vio marcada por constantes altibajos, tal vez alentados por la
leyenda que supone su figura, y ya desde niña tuvo que enfrentarse a una
comunidad que le apuntó con el dedo al ser el fruto ilegítimo de la relación
entre el célebre abogado William Cormac y la criada del hogar, Mary Brennan.
Ello causó que la pareja y su criatura huyeran primero a Londres, donde Anne
trataba de ser escondida sin éxito vestida como si de un niño se tratase, hasta
Carolina del Sur. Allí, William finalmente logró asentarse gracias a sus
habilidades para el derecho y los negocios, adquiriendo una casa en la ciudad
de Charleston y una plantación a las afueras con la que le dio a Anne una vida
acomodada, lejos de la preocupación de no tener un trozo de pan que llevarse a
la boca.
El carácter de Anne nunca resultó fácil, especialmente
tras el fallecimiento de su madre a causa de la fiebre tifoidea cuando la
futura pirata contaba con 13 años. La leyenda asegura que Anne llegó a
protagonizar violentos enfrentamientos en torno a esa edad, actitud que le hizo
mantener constantes discusiones con su padre. Ante esta situación, decidió
concertar un matrimonio que le permitiera sentar la cabeza, pero absolutamente
contraria a la prisión de formar una familia y un hogar tradicional hizo que
huyera de su casa a labrar fortuna en las Islas Bahamas acompañada de su primer
amor: James Bonny.
La fascinación que ejercían en ella las historias de
piratas y su ansiada libertad por huir de la superficialidad que se respiraba
en el hogar Cormac le hizo casarse a espaldas de su padre con quien era un
marinero de tres al cuarto. James Bonny vio en Anne la oportunidad de adquirir
la fortuna de William dado su mala suerte como pirata más bien mediocre, pero
el abogado desheredó a su hija habiendo predicho las intenciones de su yerno.
No obstante, eso no impidió que la pareja pusiera rumbo a Nassau, no sin antes,
como una vez más aseguran las leyendas, de que Anne prendiera fuego a la
plantación de su padre como venganza.
Nassau era considerado como un templo para los piratas
ingleses, que la habían denominado como República Pirata. Sus habitantes
residían en aquella zona de la isla de New Providence huyendo de la justicia,
ansiando vivir en comunidad con sus hermanos piratas. En esta instancia, la
llegada de la pareja Bonny a Nassau no dejó indiferente, especialmente dada la
personalidad arrolladora que Anne mostraba dentro y fuera de las tabernas
atestadas de piratas. No obstante, también trajeron consigo el fin de la
República, pues el ansia de poder de James le hizo aceptar en 1718 el Perdón
Real y trabajar como informante para favorecer la caza de piratas a favor de
quien se convertiría en el Gobernador Real Woodes Rogers, con quien los
británicos recuperaron el control de la isla.
Visiblemente descontenta con la labor de su marido,
Anne no tardaría en enamorarse irremediablemente del pirata Jack Rackham, apodado
Calicó Jack, quien se había enfrentado como parte de la tripulación de Charles
Vane contra el Edicto de Perdón promulgado por el rey Jorge I. Vane, junto con
Edward England y Jack Rackham, formarían un grupo de rebeldes con los que
procederían a atacar pequeñas embarcaciones a lo largo y ancho de las Bahamas,
convirtiéndose en blanco de los cazarrecompensas. A su regreso a Nassau, Calicó
Jack, que se había convertido en capitán tras la huida de Charles Vane, suplicó
el Perdón Real culpando a Vane de caer en las garras de la piratería, pero no
tardaría en volver a enfrentarse a Rogers cuando su relación con Anne Bonny se
hizo notoria en la isla y el gobernador promulgó azotarla públicamente como
castigo por adulterio. Jack trató de ofrecer una cantidad sustanciosa de dinero
a James Bonny para retirar la denuncia que había impuesto y que Anne obtuviese
el divorcio, pero se negó y pidió ayuda al gobernador para retenerla en la
isla.
Jack Rackham
Así pues, en 1720 Anne Bonny abandonó a su marido para
embarcarse en un navío robado junto a Calicó Jack, bautizado como Revenge, bajo la famosa Jolly Roger que
él diseñaría. Su actitud feroz y valiente había sido de sobra demostrada en la
isla como para permitirse codearse con aquellos bucaneros, pero una mujer a
bordo de un barco pirata era considerada mal fario acorde al sexto artículo del
Código Pirata: «No
se permiten niños ni mujeres en el barco». Por ello, Anne se
vio obligada a vestirse como un hombre, puesto que aunque se argumentaba que
las mujeres daban mala suerte en la búsqueda de tesoros y riquezas, realmente
se dice que era una cuestión de prevención para que los piratas no se distrajeran. Con el tiempo, Anne no se
esmeró en ocultar su género a la tripulación y no encontró mayor problema por
ello dado su perfecto manejo de las armas, aunque siempre mantuvo sus ropas
masculinas en el pillaje y cuando participaba en algún conflicto armado.
Ambos encontraron bastante suerte en su aventura, aun
cuando atacaban embarcaciones relativamente pequeñas de cuyas tripulaciones
tomaban nuevos miembros que se unieran a la causa pirata bajo coacción de
Calicó Jack. Uno de los prisioneros que se unió a la tripulación del Revenge fue Mark Read, un soldado
británico imberbe y escuálido que hizo migas con Anne Bonny. Jack, que también
poseía un carácter fuerte acorde a su pareja, exigió explicaciones a Anne una
vez la relación de ambos se hacía visiblemente estrecha, ante lo cual se
conoció que Mark Read en realidad era una mujer, de nombre Mary.
Mary Read matando a su enemigo con una espada
Mary Read había acostumbrado su identidad a la de Mark
desde bien pequeña, cuando al ser fruto de una aventura, su madre la hizo pasar
por su fallecido y legítimo hermano mayor Mark, y así continuar recibiendo una
pensión de sus abuelos paternos dada la desaparición de quien habría de ser su
padre. Como Mark Read, acostumbró al trabajo a bordo desde muy joven, uniéndose
incluso a la armada británica y ejercer el servicio militar en Holanda. Cuando fue encontrada por Anne y Jack, había
renunciado y se había embarcado rumbo al Caribe en busca de nuevas aventuras. Se
cree que a partir de entonces los tres piratas comenzaron una relación poliamorosa,
o al menos, que existió un supuesto romance entre Anne Bonny y Mary Read. Sea
como fuere, ambas fueron la mejor arma en la tripulación de Calicó Jack.
Para 1720, la fama del trío filibustero había hecho
que sus cabezas valiesen lo suficiente para que todo cazador de piratas se
enzarzara en su captura. Así fue como el gobernador de Jamaica, Nicholas Lawes,
autorizó a Jonathan Barnet a capitanear una goleta armada que le llevaría hasta
Dry Harbour Bay, en Jamaica. Revenge fue
rodeada y tomada en un ataque sorpresa, ante lo cual Jack Rackham y su
tripulación se negaron a oponer resistencia dado lo que consideraban una
derrota clara, emborrachándose en sus camarotes hasta no mantenerse en pie, con
excepción de Anne y Mary; ambas fueron las únicas piratas que lucharon con
todas sus fuerzas.
Toda la tripulación fue llevada a Spanish Town para
someterse a juicio a fecha de 16 de noviembre, siendo juzgados y condenados a
la horca en una pena que se conmutó al día siguiente. No obstante, Anne y Mary
demostraron ser mujeres y exigieron ser juzgadas paralelamente a Jack y sus
compañeros hombres, algo que sucedió el 28 de noviembre, e incluso a Anne se le
permitió visitar a Jack la noche antes de ser ejecutado aun estando pendiente
de juicio. Según cuentan las leyendas, las únicas palabras de Anne Bonny
fueron: «Lamento verte así, Jack. Pero si
hubieras luchado como un hombre, ahora no tendrían que colgarte como a un perro».
El día del juicio de las mujeres pirata, y siendo
ambas conocedoras de la ley británica, alegaron compasión a través del pleading the belly, proceso legal por el
cual retrasarían la sentencia de muerte por horca a la que fueron condenadas,
por estar embarazadas. Según la ley, serían juzgadas una vez más por separado
tras dar a luz, aunque la condena se ejecutaría igualmente una vez naciera el
retoño, para no asesinar al no-nato inocente. Mary Read no soportó mucho más
tiempo en la cárcel al morir de unas fiebres, sin saberse si quiera si acaso la
joven había fallecido tras dar a luz y viéndose potenciada su enfermedad por el
agotamiento del parto. No obstante, Anne Bonny obtuvo numerosos aplazamientos
del segundo juicio hasta que, de la noche a la mañana, desaparecería de los
documentos oficiales.
La teoría más señalada que explica cómo Anne Bonny
escapó de prisión sitúa a su padre como principal causante, quien utilizando su
influencia para liberarla esperaba perdonar a su hija y hacer que la misma
ingresara en un convento donde expiaría todos sus pecados, después de que diera
a luz en Charleston. No obstante, la chica presumiblemente decidiría asumir una
nueva identidad y establecerse en la ciudad de su infancia, contrayendo
matrimonio un año después con Joseph Burleigh. Así, su juventud de fechorías y
libertad terminaría culminando en la vida que en un principio había ansiado
rechazar, muriendo en 1782.
La figura de Anne Bonny no está exenta de fantasías
potenciadas por la literatura romántica, especialmente a causa de su actividad como
pirata, del mismo modo que aquellos personajes contemporáneos a ella que
contemplaron en la forma de vida que eligieron la voluntad de cambiar las
normas que les fueron impuestas. Hallándonos más o menos de acuerdo con la
filosofía pirata, encontramos en la biografía de Anne Bonny una aspiración
superior, dejando un legado que, aun tienda más a lo real o a lo ficticio, no
deja de ser una fuente de inspiración, del mismo modo que tantas grandes
mujeres que arriesgaron cuanto tuvieron para tratar de encontrar una alternativa
más allá a las pretensiones que la época les asignaba por el mero hecho de su
género.
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Wikimedia Commons: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/4d/Female_pirate_Anne_Bonny.jpg(10
de julio de 2017)
Johnson, C. (1724) A general
history of the pyrates, from their first rise and settlement in the island of
Providence, to the present time. . ‘‘Jack
Rackham’’. Litografía.
Wikimedia Commons: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/ad/Rackham%2CJack.JPG
(10 de julio de 2017)
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Pirates Own Book, Or Authentic Narratives of the Lives, Exploits, and
Executions of the Most Celebrated Sea Robbers. ‘‘Mary Read killing her antagonist [with a sword]
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Commons: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/e/ed/Mary_Read_killing_her_antagonist_cph.3a00980.jpg/800px-Mary_Read_killing_her_antagonist_cph.3a00980.jpg (10 de julio de 2017).
Sobre la autora
Marisa de las Heras
Estudiante de Antropología Social y Cultural por la Universidad de Sevilla y de Geografía e Historia por la UNED. Interesada en la Antropología Política y de las Sociedades Contemporáneas, centra sus proyectos en la prospectiva cultural ligada a las nuevas tecnologías y la globalización. Sus aficiones van desde la literatura hasta teatro, además del aprendizaje de temáticas alternativas a sus estudios como la fotografía, la filosofía o la astronomía.
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