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martes, 12 de abril de 2016

El asentamiento español en Filipinas y el comercio con Asia

El centro del comercio en el Pacífico lo sustentaban los portugueses como consecuencia directa del dominio que ejercían sobre las llamadas Islas de las Especias, es decir sobre las Islas Molucas, situadas en la actual Indonesia, a través de sus asentamientos en África, la India y el Sudeste Asiático.


Dichas islas provocaron una disputa, entre España y Portugal, por su jurisdicción ya que abría la puerta a un amplio abanico comercial. A pesar de que la boda entre Carlos e Isabel de Portugal, le dará la potestad temporal a los lusos sobre las  islas, quedándose la Monarquía Hispánica con las bautizadas como islas Filipinas en honor del príncipe Felipe, las disputas no cesarán hasta 1529 con la firma del Tratado de Zaragoza entre ambas coronas. Dicho acuerdo, extendería el Tratado de Tordesillas al Pacífico de forma que el Este del pacifico quedó para la Monarquía Hispánica y el Oeste para Portugal, lo que finalmente le otorga a Portugal la jurisdicción sobre las ansiadas islas Molucas.


El primer asentamiento de la soberanía española sobre el archipiélago, estará marcado por la expedición mandada por Miguel López de Legazpi, un notario en México, que recibe órdenes de Felipe II de colonizar el territorio. De esta forma ese establecerá el primer asentamiento español en 1565, al que llama San Miguel.  

Lo que estos primeros españoles se encuentran a su llegada a Filipinas, será una población indígena muy variada y dispersa por el territorio, siendo la zona más importante Luzón, situada al norte. Dicha población está dentro de los circuitos comerciales del sudoeste asiático, con una economía basada en la subsistencia en donde los españoles no encontraran ni oro, ni plata, ni especias.

Por este motivo, los esfuerzos españoles se centraran en Manila y en su comercio, ya que no se trataba tanto de conquistar grandes extensiones de tierra, como ocurría en América,  sino de establecer puntos estratégicos de comercio. De esta forma en  1571 se crea el Ayuntamiento de la ciudad de Manila, siendo esta isla capital del Archipiélago de Filipinas desde noviembre de 1595. En 1584, a su vez, se creará la Audiencia de Manila.


La coyuntura mercantil que se encuentran los españoles a su llegada es inmejorable. El cierre del mercado externo que caracterizaba al Imperio Chino y su Talassofobia se vieron relajadas notablemente, especialmente en Fujian lugar donde se impuso una política parcial de apertura comercial marítima, dándose especiales permisos para que los comerciantes chinos pudieran viajar a Luzón y mantener contacto con los españoles para el intercambio comercial.

Como consecuencia del bajo número de españoles existentes en el archipiélago filipino y del mercado tan grande que se abría para los productos chinos en toda América, no olvidemos que las islas desde el punto de vista administrativo estaban vinculadas al virreinato de Nueva España y no a la península, la rentabilización que la colonia española empieza a sacar de estas tierras no pudo llevarse a cabo sin la interacción comercial con las comunidades mercantiles exteriores provenientes de china. Gracias a esto pudo consolidarse la red marítima comercial del galeón de Manila.
Los Sangleyes, término designado por los españoles a la comunidad china, se concentraban en el Parián de Manila, una alcaicería donde el gobernador Gonzalo Ronquillo de Peñalsa consideró concentrarlos desde 1581. Siempre a tiro de artillería, los comerciantes chinos jugarán un papel primordial en la activación del galeón de Manila por ser enlaces entre la costa china y la costa mexicana.


Las relaciones entre los sangleyes y los españoles no eran muy buenas, debido principalmente al choque cultural. A pesar de que había intereses por ambos de perpetuar dicho comercio, existieron numerosas rebeliones y represiones que terminaron con la vida de miles de chinos. Esto pudo deberse en gran parte al número de Sangleyes que se llegaron a concentrar en el Parián, a la inmigración ilegal, a los fraudes o, simplemente, al miedo de los españoles por ser superados en número. A pesar de que las autoridades filipinas establecieron como cifra ajustada en el Parián no más de 6000 Sangleyes, pronto este número se vio superado, lo que llevó en varias ocasiones al intento de expulsión de éstos, como ocurre con la rebelión de 1596 y la represión de 1603.
Sin embargo, estas duras represiones y la cantidad de muertes que reportaba, no fueron suficientes para frenar la llegada de comerciantes chinos que, al cabo del tiempo, volvían al Parián. Como consecuencia de la conveniencia mutua, rápidamente los españoles trataban de reproducir la población menguada del Parián, al tiempo que, como se ha dicho, los sangleyes volvían a pesar de ser sujetos de posteriores masacres.

Bibliografía:

Celdrán Ruano, J. “La configuración del sistema jurídico hispano en las islas Filipinas: Orígenes y evolución (Siglos XVI-XVIII)”, Anales de Derecho de la Universidad de Murcia (2009), 28-65
Ollé, M.  La empresa de China. De la Armada invencible al Galeón de Manila. Barcelona Acantilado, 2002.
Ollé, M. “La formación del Parián de Manila: la construcción de un equilibrio inestable”.  SAN GINÉS AGUILAR, Pedro (eds.). La investigación sobre Asia-Pacífico en España. Universidad de Granada (2007),  27-49.

Pino Abad, M. “El tratado de Zaragoza de 22 de abril de 1529 como anticipo a la conquista de Filipinas”, Guerra, Derecho y Política: Aproximaciones a una interacción inevitable, Asociación Veritaspara el Estudio de Derecho, Historia e Instituciones, Madrid, (2014), 25-44.