El siglo XVIII se
inició́ con un conflicto sucesorio de la Corona española donde, entre 1701 y
1713, se enfrentaron la Casa de Borbón y la Casa de Austria por la herencia de
Carlos II. Esta pugna de poderes cesó en 1713 con la subida al trono español
de Felipe V, es decir, de la dinastía borbónica, unida por parentesco con su
similar francesa. A partir de entonces, se inició una etapa de pretendidos cambios y
transformaciones en las distintas esferas del imperio hispánico que procuraron
llevar a cabo un proyecto de reorganización política y económica con resultados
que se encontraba entre el logro y la frustración. De manera que estos
esfuerzos para reformar el gobierno entre 1700 y 1808 bajo los sucesivos
reinados de Felipe V (1700-1746), Fernando VI (1746-1759), Carlos III
(1759-1788) y Carlos IV (1788-1808) es conocido como reformas borbónicas.
La familia de Felipe V de
Louis-Michel van Loo, 1743. Museo del Prado (Madrid, España)
Los reformistas borbónicos buscaban
renovar el aparato estatal a través de una burocracia centralizada, que emanara
de Madrid, para restaurar el prestigio y la influencia de la monarquía. Por lo
que pretendían establecer un mayor control político, comercial y administrativo
dentro del imperio.
Por tanto, aunque no hay una definición
clara y concisa del reformismo borbónico, podemos sostener que se trató́ de una
serie de proyectos y planes de innovación del aparato estatal que llevó a cabo
la monarquía borbónica gradualmente a lo largo del siglo XVIII; en el que no pretendían
transformar completamente el orden estamental vigente sino mejorarlo para un
mejor gobierno y una mejor administración de sus dilatados dominios.
Tampoco están claramente
definidas las etapas de dichas reformas producidas en el siglo XVIII. Aunque la
mayoría de los autores coinciden en señalar dos etapas: una inicial de cambios
moderados, originados a comienzos del siglo XVIII, coincidiendo con los reinados
de Felipe V y Fernando VI; y otra fase posterior con Carlos III mucho más
intensa y ambiciosa en la que la Corona llevó a cabo un esfuerzo más serio y
ambicioso de mejorar la relación de la Península con América y efectuar un
mejor gobierno sobre sus colonias.
De esta forma, muchos autores
concuerdan en situar el apogeo de las reformas en el reinado del monarca Carlos
III. Además, dentro del reinado de este rey converge la hipótesis de que es a
partir de 1763, año de finalización de la Guerra de los Siete Años, cuando más
se intensificó este proceso de mejoras y renovaciones en los distintos ámbitos
gubernativos. Esto es debido a que los desastrosos resultados de la Guerra de los Siete
Años, sobre todo a partir de 1762 con la toma de Manila y La Habana por los
ingleses y en 1763 con la Paz de París, impulsaron la necesidad de reformas.
Esto se debe a que la monarquía adquirió conciencia de la importancia
estratégica de las colonias americanas, principalmente del Caribe, amenazadas
por las potencias extranjeras que las acechaban continuamente y mermaban el
intento de control que pretendía la Corona sobre ellas, causando obstáculos y
peligros a través del contrabando y de los conflictos bélicos. Por estas
razones se planteó instaurar un sólido plan de cambios que estabilizara y
fortaleciera su dominio en las Indias.
The
British Fleet Entering Havana, 21 August 1762 de Dominic
Serres, 1775. National Maritime Museum,
Greenwich (Londres, Reino Unido)
El regalismo fue el
elemento esencial de la política de Carlos III. El regalismo es la política
destinada a hacer prevalecer las regalías o derechos inherentes a la soberanía
del monarca, sobre los derechos propios de la Santa Sede. La acción regalista
de Carlos III se centró en el control de la Iglesia española, y para lograrlo
desarrolló una amplia acción reformista que constituye el elemento primordial
de su política.
Las reformas económicas se
centraron en liberar a la actividad productiva de ciertas trabas que
entorpecían su desarrollo como la liberación del comercio de granos en 1765. No
obstante, el proteccionismo se mantuvo en el sector manufacturero.
En el terreno de las reformas
administrativas, Carlos III aceleró la tendencia de los primeros borbones en
centralizar y agilizar la administración, creando las seis Secretarías del
Despacho: Estado, Guerra, Hacienda, Gracia y Justicia, Marina e Indias. Con el
fin de ajustar las piezas de la maquinaria administrativa se institucionalizó
en 1787 la Junta Suprema de Estado, un órgano deliberador que reunía
semanalmente a los Secretarios del Despacho bajo la presidencia del Secretario
de Estado.
Estos proyectos
reformistas tuvieron versiones propias y diferentes en cada espacio geográfico
de la Monarquía Hispánica. Uno de ellos fue Andalucía, que tuvo importantes
repercusiones de estas ideas y procesos renovadores, incluso alguno de ellos le
fueron exclusivos. Cabe destacar las consecuencias de la expulsión de los
jesuitas en 1767 que significó la expulsión de los miembros de la Compañía de
Jesús de todos los dominios de la Corona española, entre ellos los territorios
andaluces; la creación de las nuevas poblaciones de Sierra Morena que fue un
proyecto de colonización agraria; la política comercial con la promulgación
sistema del libre comercio entre distintos puertos americanos y españoles que
supuso un crecimiento del comercio colonial donde ciudades andaluzas gozaban de
gran relevancia, como era el caso de Cádiz que siguió manteniendo bajo su control
la mayor parte del tráfico ultramarino; y el desarrollo de la Ilustración que
tuvo su particular versión en Andalucía y que consiguió logros importantes como
la creación de las Sociedades Económicas de Amigos del País, las iniciativas a
favor de la reforma universitaria, la difusión cultural a través de las
tertulias, academias, bibliotecas, etc.
Grupo escultórico que refleja el encargo de Carlos III a Pablo de
Olavide de crear las Nuevas Poblaciones.
La Carlota (Córdoba, España)
En cuanto al territorio
americano, en el
plano comercial sobresale la autorización del comercio libre y la protección de
algunos puertos peninsulares y americanos a raíz de 1765 y, sobre todo, a
partir del Reglamento de Libre Comercio implantado en diversos puertos en 1778
cuando el comercio español con las colonias americanas quedó relativamente
liberizado al autorizarse el comercio directo entre 13 puertos españoles y 22
americanos. En el ámbito militar, destacan sobremanera las fortificaciones que
fueron claves en el aparato borbónico y en las nuevas necesidades defensivas,
muchas ciudades hispanoamericanas, entre ellas la ciudad cartagenera, fueron
rodeadas por amurallamientos y defensas durante el transcurso del siglo XVIII. En el plano administrativo, se crearon los
virreinatos de Nueva Granada (1717/1739) y la del Río de la Plata (1776).
Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Libre de España a Indias, 1778. Library of Congress (Washington, Estados Unidos).
Sin embargo, estos planes de
renovación que se produjeron en el imperio hispánico en el siglo XVIII tuvieron
una inevitable respuesta a ambos lados del Atlántico. Las pugnas entre
distintos grupos solían determinar el éxito o fracaso de las políticas
borbónicas. Estas luchas implicaban generalmente a una amplia gama de grupos
sociales tanto en España como en América, quienes se movilizaban para influir
en el proceso político y lograr sus propios objetivos particulares. Y ello
tenía como resultado un proceso de negociación y conflicto entre los distintos
grupos de poder dentro de la Monarquía.
A través de estas oposiciones
e incidencias que sucedían tanto en la Península como en América se produjeron
resistencias a las reformas que complicaron aún más su ejecución y que
reflejaron la modificación y adaptación que sufrían las normas peninsulares a
las circunstancias e intereses locales. Lo que dificultaba los pretendidos
procesos de centralización por parte de la Monarquía que, en vez de aumentar el
poder en el centro, incrementaban la soberanía local. Además, supone una prueba
elocuente de la gran diferencia que había entre la reforma proyectada sobre el
papel y su aplicación en la realidad, es decir, entre la norma y la práctica en
los planes reformistas del siglo XVIII.
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Webgrafía
1º imagen: Wikipedia.org
2º imagen: Wikipedia.org
3º imagen: http://sevilla.abc.es/media/andalucia/2016/12/29/s/carlos-III-pablo-olavide-kmN--620x349@abc.jpg
Sobre la autora
Rocío Moreno Cabanillas
Contratada Predoctoral FPU del Ministerio de Educación desde diciembre de 2014 en el área de Historia Moderna de la Universidad Pablo de Olavide.
Licenciada en Humanidades
por la Universidad Pablo de Olavide (UPO), prosiguió su formación en el Máster
Oficial Universitario Historia de Europa, el Mundo
Mediterráneo y su Difusión Atlántica: Métodos, Teorías y Nuevas Líneas de
Investigación (1492-2000) de la UPO con el TFM denominado “La
epístola controlada. El establecimiento de la Administración de Correos de
Cartagena de Indias en la segunda mitad del siglo XVIII”; y después realizó el
Máster en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato,
Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas. Especialidad Ciencias Sociales:
Geografía e Historia en la UPO.
Actualmente se encuentra en el Programa de
Doctorado de la UPO Historia y Estudios Humanísticos:
Europa, América, Arte y Lenguas desarrollando la Tesis sobre
comunicación e imperio centrándose en el caso de estudio de la Administración
de Correos de Cartagena de Indias dirigida por Manuel Herrero Sánchez y Antonio
J. López Gutiérrez.
Así que sus intereses se centran en las
reformas borbónicas del siglo XVIII, la historia de las comunicaciones y los
organismos institucionales como fuentes de conflictos y negociaciones entre la
Corona y las élites locales americanas.
Es miembro de proyectos de investigación I+D
de la Junta de Andalucía y del MINECO.
Tiene varias publicaciones en diferentes
revistas científicas sobre los correos marítimos (Revista de Historia Naval,
Fronteras de la Historia, Bibliographica America, etc.) así como varios
capítulos de libros en francés y español. Asimismo, en 2017 ha publicado un
libro titulado: Cartas para gobernar. El
establecimiento de la Administración de Correos de Cartagena de Indias
(1764-1769). Además, ha presentado su trabajo en diferentes foros
nacionales e internacionales (Alemania, Argentina, Francia, Inglaterra, Italia,
etc.).