domingo, 12 de noviembre de 2017

La Dieta de Worms: el encuentro entre Carlos V y Martín Lutero

500 años han pasado desde que Martin Lutero clavara sus 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Palacio de Wittenberg, hecho que supuso un punto de partida para los incipientes cambios políticos y religiosos que se irían expandiendo desde al Sacro Imperio al resto de Europa.

La Reforma luterana, fue uno de los acontecimientos más trascendentales durante el reinado de Carlos V, el cual acababa de ser coronado emperador (1520) en el momento de la separación definitiva entre el reformador y la Iglesia Católica. Ambas personalidades, con poder y repercusión social, protagonizaron un encuentro clave: la Dieta de Worms (1521). En esta asamblea, Lutero tuvo la oportunidad de defender sus opiniones ante algunos príncipes y el mismo emperador. Uno de los principales motivos para la celebración de dicha asamblea fue que, en junio de 1520, Roma publicó la bula papal “Exsurge domine”, mediante la cual amenazaba a Lutero con la excomunión y mandaba a la hoguera sus escritos. Como parte de esta bula se le exigía que se retractara de la mayor parte de sus tesis, en las que criticaba algunos dogmas y prácticas de la Iglesia católica, como por ejemplo las indulgencias.


                                    Lutero en la Dieta de Worms (Anton von Werner, 1877)

No fue hasta enero de 1521 y tras haber sido excomulgado, cuando el emperador citó al reformador a la asamblea, la cual estaba compuesta por personalidades influyentes como los príncipes alemanes, duques, marqueses, obispos  y el propio emperador. Durante el transcurso de la asamblea el monje podría defenderse por las acusaciones de hereje vertidas por Roma, pero antes debía llegar a la ciudad de Worms y para ello se le otorgó un salvoconducto que le permitiese ir y volver sin la posibilidad de ser ejecutado tras el juicio, como ya había ocurrido en otros casos.

El 16 de abril de 1521 el reformador llegó a la ciudad de Worms, donde su comparecencia no se haría esperar, al día siguiente comenzó su interrogatorio del cual estaba encargado Juan von der Ecken, obispo que había deseado Federico III de Sajonia como árbitro en la causa de Lutero. Durante el interrogatorio, se le pregunto si reconocía por suyos los veinte libros que se le presentaron aparecidos bajo su nombre y si estaba dispuesto a retractarse de todos ellos o de parte de ellos.  A la pregunta de que si eran suyos contesto que sí, pero respecto a la retractación, pidió tiempo para reflexionar, pues no podía contestar a aquella pregunta sin haber antes reflexionado pausadamente sobre ello. Durante su siguiente comparecencia Lutero se negó a retractarse, alegando que si no era persuadido por testimonios de la Escritura o por evidentes argumentos de razón, ya que no creía ni en la infalibilidad del Papa ni la de los concilios, seguía convencido por las Escrituras y prisionero de su conciencia por la Palabra de Dios.

Tras estos acontecimientos, el emperador aprobó el Edicto de Worms (1521), donde se enumeran los errores de Lutero siguiendo el De captivitate Babylonica, declarando que Lutero debía ser tenido como miembro separado de la Iglesia de Dios, apóstata obstinado y público hereje. Se prohibió comprar, vender, leer, copiar e imprimir sus libros, los cuales debían destruirse por el fuego o de otro modo, a fin de evitar escritos contrarios a la fe. Sin embargo, inmediatamente después Carlos V tuvo que partir hacia la Península Ibérica, se abrieron nuevos frentes de guerra con Francia y muchos príncipes del Sacro Imperio se negaron a ejecutar el edicto.

Lutero pudo salvarse gracias a la ayuda Federico III príncipe elector de Sajonia, el cual consiguió durante su gobierno transformar la pequeña ciudad de Wittemberg en un centro cultural y religioso de gran importancia. Para el príncipe, los cambios que se estaban produciendo en el Sacro Imperio a raíz de los escritos de Lutero, le daban la oportunidad de conseguir más autonomía con respecto al emperador y al Papa. Por ello organizó un secuestro simulado durante el camino de vuelta, escondiéndolo en el castillo de Wartburg. Durante su reclusión, Lutero desarrolló una gran producción teológica escribiendo algunas de sus obras más importantes como fue la traducción del griego al alemán del Nuevo Testamento. Durante estos años Lutero sienta las bases doctrinales sobre las que se construiría la nueva Iglesia, separándose de la Iglesia Católica formando una nueva Iglesia institucionalizada, en muchas facetas parecida a la católica. Con todo ello, tanto la Dieta como el Edicto de Worms, fueron una muestra del cambio político, social y religioso que se estaba fraguando, cuyas repercusiones aún perviven en algunos aspectos de las sociedades protestantes actuales.


Juan Federico el Magnánimo, elector de Sajonia por Lucas Cranach el Viejo (Museo del Prado)

Bibliografía

Acocella Joan, How Martin Luther Changed the World en The New Yorker. https://www.newyorker.com/magazine/2017/10/30/how-martin-luther-changed-the-world

Lutz Heinrich, Reforma y Contrarreforma. Madrid, Alianza, 1998.The History Channel Iberia, B.V.: "Martín Lutero. El reformador de la cristiandad", en Los grandes personajes de la Historia. Barcelona: Plaza y Janés, 2012, 268-282

Mongue Manuel, Desafío al Emperador: Carlos v y Lutero la dieta de Worms en La Aventura de la historia, nº 180, 2013, 50-54.

Imágenes

http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2015/10/23/562a064ce2704e6c4a8b459c.html

Museo del Prado

Sobre la autora:


Lucía Lobato Hidalgo


Graduada en Geografia e Historia por la Universidad Pablo de Olavide, promoción 2011-2015. Interesada en la Historia Moderna y en la Historia del Arte, realizó su Trabajo Fin de Grado sobre los Bienes de Difuntos de Emigrantes Zafrenses en el siglo XVI. En la actualidad se dedica a impartir clases particulares y el próximo curso empezará un master enfocado en gestión cultural en la Universidad de Valladolid.

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