500 años han pasado desde que Martin
Lutero clavara sus 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Palacio de
Wittenberg, hecho que supuso un punto de partida para los incipientes cambios
políticos y religiosos que se irían expandiendo desde al Sacro Imperio al resto
de Europa.
La Reforma luterana, fue uno de los
acontecimientos más trascendentales durante el reinado de Carlos V, el cual
acababa de ser coronado emperador (1520) en el momento de la separación
definitiva entre el reformador y la Iglesia Católica. Ambas personalidades, con
poder y repercusión social, protagonizaron un encuentro clave: la Dieta de
Worms (1521). En esta asamblea, Lutero tuvo la oportunidad de defender sus
opiniones ante algunos príncipes y el mismo emperador. Uno de los principales motivos
para la celebración de dicha asamblea fue que, en junio de 1520, Roma publicó
la bula papal “Exsurge domine”,
mediante la cual amenazaba a Lutero con la excomunión y mandaba a la hoguera
sus escritos. Como parte de esta bula se le exigía que se retractara de la
mayor parte de sus tesis, en las que criticaba algunos dogmas y prácticas de la
Iglesia católica, como por ejemplo las indulgencias.
Lutero en la Dieta de Worms (Anton von Werner,
1877)
No fue hasta enero de 1521 y tras haber
sido excomulgado, cuando el emperador citó al reformador a la asamblea, la cual
estaba compuesta por personalidades influyentes como los príncipes alemanes,
duques, marqueses, obispos y el propio
emperador. Durante el transcurso de la asamblea el monje podría defenderse por
las acusaciones de hereje vertidas por Roma, pero antes debía llegar a la
ciudad de Worms y para ello se le otorgó un salvoconducto que le permitiese ir
y volver sin la posibilidad de ser ejecutado tras el juicio, como ya había
ocurrido en otros casos.
El 16 de abril de 1521 el reformador
llegó a la ciudad de Worms, donde su comparecencia no se haría esperar, al día
siguiente comenzó su interrogatorio del cual estaba encargado Juan von der
Ecken, obispo que había deseado Federico III de Sajonia como árbitro en la
causa de Lutero. Durante el interrogatorio, se le pregunto si reconocía por
suyos los veinte libros que se le presentaron aparecidos bajo su nombre y si
estaba dispuesto a retractarse de todos ellos o de parte de ellos. A la pregunta de que si eran suyos contesto
que sí, pero respecto a la retractación, pidió tiempo para reflexionar, pues no
podía contestar a aquella pregunta sin haber antes reflexionado pausadamente
sobre ello. Durante su siguiente comparecencia Lutero se negó a retractarse,
alegando que si no era persuadido por testimonios de la Escritura o por
evidentes argumentos de razón, ya que no creía ni en la infalibilidad del Papa
ni la de los concilios, seguía convencido por las Escrituras y prisionero de su
conciencia por la Palabra de Dios.
Tras estos acontecimientos, el emperador
aprobó el Edicto de Worms (1521), donde se enumeran los errores de Lutero
siguiendo el De captivitate Babylonica, declarando
que Lutero debía ser tenido como miembro separado de la Iglesia de Dios,
apóstata obstinado y público hereje. Se prohibió comprar, vender, leer, copiar
e imprimir sus libros, los cuales debían destruirse por el fuego o de otro
modo, a fin de evitar escritos contrarios a la fe. Sin embargo, inmediatamente
después Carlos V tuvo que partir hacia la Península Ibérica, se abrieron nuevos
frentes de guerra con Francia y muchos príncipes del Sacro Imperio se negaron a
ejecutar el edicto.
Lutero pudo salvarse gracias a la ayuda
Federico III príncipe elector de Sajonia, el cual consiguió durante su gobierno
transformar la pequeña ciudad de Wittemberg en un centro cultural y religioso
de gran importancia. Para el príncipe, los cambios que se estaban produciendo
en el Sacro Imperio a raíz de los escritos de Lutero, le daban la oportunidad
de conseguir más autonomía con respecto al emperador y al Papa. Por ello organizó
un secuestro simulado durante el camino de vuelta, escondiéndolo en el castillo
de Wartburg. Durante su reclusión, Lutero desarrolló una gran producción
teológica escribiendo algunas de sus obras más importantes como fue la
traducción del griego al alemán del Nuevo Testamento. Durante estos años Lutero
sienta las bases doctrinales sobre las que se construiría la nueva Iglesia,
separándose de la Iglesia Católica formando una nueva Iglesia institucionalizada,
en muchas facetas parecida a la católica. Con todo ello, tanto la Dieta como el
Edicto de Worms, fueron una muestra del cambio político, social y religioso que
se estaba fraguando, cuyas repercusiones aún perviven en algunos aspectos de
las sociedades protestantes actuales.
Juan
Federico el Magnánimo, elector de Sajonia por Lucas Cranach el Viejo (Museo del
Prado)
Bibliografía
Acocella Joan, How Martin Luther Changed the World en The New Yorker. https://www.newyorker.com/magazine/2017/10/30/how-martin-luther-changed-the-world
Lutz Heinrich, Reforma y Contrarreforma.
Madrid, Alianza, 1998.The History Channel Iberia, B.V.: "Martín Lutero. El reformador de la cristiandad", en Los
grandes personajes de la Historia. Barcelona: Plaza y Janés, 2012, 268-282
Mongue Manuel, Desafío al Emperador: Carlos v y Lutero la dieta de Worms en La
Aventura de la historia, nº 180, 2013, 50-54.
Imágenes
http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2015/10/23/562a064ce2704e6c4a8b459c.html
Museo del Prado
Sobre la autora:
Museo del Prado
Sobre la autora:
Graduada en
Geografia e Historia por la Universidad Pablo de Olavide, promoción 2011-2015.
Interesada en la Historia Moderna y en la Historia del Arte, realizó su Trabajo
Fin de Grado sobre los Bienes de Difuntos de Emigrantes Zafrenses en el siglo
XVI. En la actualidad se dedica a impartir clases particulares y el próximo
curso empezará un master enfocado en gestión cultural en la Universidad de
Valladolid.
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