jueves, 29 de junio de 2017

El afán de reformar: planes y proyectos del reformismo borbónico

El siglo XVIII se inició́ con un conflicto sucesorio de la Corona española donde, entre 1701 y 1713, se enfrentaron la Casa de Borbón y la Casa de Austria por la herencia de Carlos II. Esta pugna de poderes cesó en 1713 con la subida al trono español de Felipe V, es decir, de la dinastía borbónica, unida por parentesco con su similar francesa. A partir de entonces, se inició una etapa de pretendidos cambios y transformaciones en las distintas esferas del imperio hispánico que procuraron llevar a cabo un proyecto de reorganización política y económica con resultados que se encontraba entre el logro y la frustración. De manera que estos esfuerzos para reformar el gobierno entre 1700 y 1808 bajo los sucesivos reinados de Felipe V (1700-1746), Fernando VI (1746-1759), Carlos III (1759-1788) y Carlos IV (1788-1808) es conocido como reformas borbónicas.


La familia de Felipe V de Louis-Michel van Loo, 1743. Museo del Prado (Madrid, España)

Los reformistas borbónicos buscaban renovar el aparato estatal a través de una burocracia centralizada, que emanara de Madrid, para restaurar el prestigio y la influencia de la monarquía. Por lo que pretendían establecer un mayor control político, comercial y administrativo dentro del imperio.
Por tanto, aunque no hay una definición clara y concisa del reformismo borbónico, podemos sostener que se trató́ de una serie de proyectos y planes de innovación del aparato estatal que llevó a cabo la monarquía borbónica gradualmente a lo largo del siglo XVIII; en el que no pretendían transformar completamente el orden estamental vigente sino mejorarlo para un mejor gobierno y una mejor administración de sus dilatados dominios.

Tampoco están claramente definidas las etapas de dichas reformas producidas en el siglo XVIII. Aunque la mayoría de los autores coinciden en señalar dos etapas: una inicial de cambios moderados, originados a comienzos del siglo XVIII, coincidiendo con los reinados de Felipe V y Fernando VI; y otra fase posterior con Carlos III mucho más intensa y ambiciosa en la que la Corona llevó a cabo un esfuerzo más serio y ambicioso de mejorar la relación de la Península con América y efectuar un mejor gobierno sobre sus colonias.

De esta forma, muchos autores concuerdan en situar el apogeo de las reformas en el reinado del monarca Carlos III. Además, dentro del reinado de este rey converge la hipótesis de que es a partir de 1763, año de finalización de la Guerra de los Siete Años, cuando más se intensificó este proceso de mejoras y renovaciones en los distintos ámbitos gubernativos. Esto es debido a que los desastrosos resultados de la Guerra de los Siete Años, sobre todo a partir de 1762 con la toma de Manila y La Habana por los ingleses y en 1763 con la Paz de París, impulsaron la necesidad de reformas. Esto se debe a que la monarquía adquirió conciencia de la importancia estratégica de las colonias americanas, principalmente del Caribe, amenazadas por las potencias extranjeras que las acechaban continuamente y mermaban el intento de control que pretendía la Corona sobre ellas, causando obstáculos y peligros a través del contrabando y de los conflictos bélicos. Por estas razones se planteó instaurar un sólido plan de cambios que estabilizara y fortaleciera su dominio en las Indias. 


The British Fleet Entering Havana, 21 August 1762 de Dominic Serres, 1775. National Maritime Museum, Greenwich (Londres, Reino Unido)

El regalismo fue el elemento esencial de la política de Carlos III. El regalismo es la política destinada a hacer prevalecer las regalías o derechos inherentes a la soberanía del monarca, sobre los derechos propios de la Santa Sede. La acción regalista de Carlos III se centró en el control de la Iglesia española, y para lograrlo desarrolló una amplia acción reformista que constituye el elemento primordial de su política.

Las reformas económicas se centraron en liberar a la actividad productiva de ciertas trabas que entorpecían su desarrollo como la liberación del comercio de granos en 1765. No obstante, el proteccionismo se mantuvo en el sector manufacturero.

En el terreno de las reformas administrativas, Carlos III aceleró la tendencia de los primeros borbones en centralizar y agilizar la administración, creando las seis Secretarías del Despacho: Estado, Guerra, Hacienda, Gracia y Justicia, Marina e Indias. Con el fin de ajustar las piezas de la maquinaria administrativa se institucionalizó en 1787 la Junta Suprema de Estado, un órgano deliberador que reunía semanalmente a los Secretarios del Despacho bajo la presidencia del Secretario de Estado.

Estos proyectos reformistas tuvieron versiones propias y diferentes en cada espacio geográfico de la Monarquía Hispánica. Uno de ellos fue Andalucía, que tuvo importantes repercusiones de estas ideas y procesos renovadores, incluso alguno de ellos le fueron exclusivos. Cabe destacar las consecuencias de la expulsión de los jesuitas en 1767 que significó la expulsión de los miembros de la Compañía de Jesús de todos los dominios de la Corona española, entre ellos los territorios andaluces; la creación de las nuevas poblaciones de Sierra Morena que fue un proyecto de colonización agraria; la política comercial con la promulgación sistema del libre comercio entre distintos puertos americanos y españoles que supuso un crecimiento del comercio colonial donde ciudades andaluzas gozaban de gran relevancia, como era el caso de Cádiz que siguió manteniendo bajo su control la mayor parte del tráfico ultramarino; y el desarrollo de la Ilustración que tuvo su particular versión en Andalucía y que consiguió logros importantes como la creación de las Sociedades Económicas de Amigos del País, las iniciativas a favor de la reforma universitaria, la difusión cultural a través de las tertulias, academias, bibliotecas, etc. 


Grupo escultórico que refleja el encargo de Carlos III a Pablo de Olavide de crear las Nuevas Poblaciones. La Carlota (Córdoba, España) 

En cuanto al territorio americano, en el plano comercial sobresale la autorización del comercio libre y la protección de algunos puertos peninsulares y americanos a raíz de 1765 y, sobre todo, a partir del Reglamento de Libre Comercio implantado en diversos puertos en 1778 cuando el comercio español con las colonias americanas quedó relativamente liberizado al autorizarse el comercio directo entre 13 puertos españoles y 22 americanos. En el ámbito militar, destacan sobremanera las fortificaciones que fueron claves en el aparato borbónico y en las nuevas necesidades defensivas, muchas ciudades hispanoamericanas, entre ellas la ciudad cartagenera, fueron rodeadas por amurallamientos y defensas durante el transcurso del siglo XVIII.  En el plano administrativo, se crearon los virreinatos de Nueva Granada (1717/1739) y la del Río de la Plata (1776). 


Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Libre de España a Indias, 1778. Library of Congress (Washington, Estados Unidos).


Sin embargo, estos planes de renovación que se produjeron en el imperio hispánico en el siglo XVIII tuvieron una inevitable respuesta a ambos lados del Atlántico. Las pugnas entre distintos grupos solían determinar el éxito o fracaso de las políticas borbónicas. Estas luchas implicaban generalmente a una amplia gama de grupos sociales tanto en España como en América, quienes se movilizaban para influir en el proceso político y lograr sus propios objetivos particulares. Y ello tenía como resultado un proceso de negociación y conflicto entre los distintos grupos de poder dentro de la Monarquía.

A través de estas oposiciones e incidencias que sucedían tanto en la Península como en América se produjeron resistencias a las reformas que complicaron aún más su ejecución y que reflejaron la modificación y adaptación que sufrían las normas peninsulares a las circunstancias e intereses locales. Lo que dificultaba los pretendidos procesos de centralización por parte de la Monarquía que, en vez de aumentar el poder en el centro, incrementaban la soberanía local. Además, supone una prueba elocuente de la gran diferencia que había entre la reforma proyectada sobre el papel y su aplicación en la realidad, es decir, entre la norma y la práctica en los planes reformistas del siglo XVIII.


Bibliografía

Guimerá, Agustín (Ed.). El reformismo borbónico: una visión interdisciplinar, Madrid: Alianza Editorial, 1996.

Kuethe, Allan J., Andrien, Kenneth J. The Spanish Atlantic world in the eighteenth century : war and the Bourbon reforms, 1713-1796, Cambridge: Cambridge University Press, 2014.

Lucena Giraldo, Manuel. A los cuatro vientos: las ciudades de la América hispánica, Madrid: Marcial Pons Historia, 2006.

Lynch, John. La España del siglo XVIII, Barcelona: Crítica, 2004.

Paquette, Gabriel. Enlightenment, Governance, and Reform in Spain and its Empire 1759-1808, Reino Unido: Palgrave Macmillan, 2008.

Ruiz Torres, Pedro. Reformismo e Ilustración, Madrid: Marcial Pons, 2008.


Webgrafía

1º imagen: Wikipedia.org
2º imagen: Wikipedia.org

Sobre la autora


Rocío Moreno Cabanillas
Contratada Predoctoral FPU del Ministerio de Educación desde diciembre de 2014 en el área de Historia Moderna de la Universidad Pablo de Olavide.

Licenciada en Humanidades por la Universidad Pablo de Olavide (UPO), prosiguió su formación en el Máster Oficial Universitario Historia de Europa, el Mundo Mediterráneo y su Difusión Atlántica: Métodos, Teorías y Nuevas Líneas de Investigación (1492-2000) de la UPO con el TFM denominado “La epístola controlada. El establecimiento de la Administración de Correos de Cartagena de Indias en la segunda mitad del siglo XVIII”; y después realizó el Máster en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas. Especialidad Ciencias Sociales: Geografía e Historia en la UPO.

Actualmente se encuentra en el Programa de Doctorado de la UPO Historia y Estudios Humanísticos: Europa, América, Arte y Lenguas desarrollando la Tesis sobre comunicación e imperio centrándose en el caso de estudio de la Administración de Correos de Cartagena de Indias dirigida por Manuel Herrero Sánchez y Antonio J. López Gutiérrez.

Así que sus intereses se centran en las reformas borbónicas del siglo XVIII, la historia de las comunicaciones y los organismos institucionales como fuentes de conflictos y negociaciones entre la Corona y las élites locales americanas.

Es miembro de proyectos de investigación I+D de la Junta de Andalucía y del MINECO. 

Tiene varias publicaciones en diferentes revistas científicas sobre los correos marítimos (Revista de Historia Naval, Fronteras de la Historia, Bibliographica America, etc.) así como varios capítulos de libros en francés y español. Asimismo, en 2017 ha publicado un libro titulado: Cartas para gobernar. El establecimiento de la Administración de Correos de Cartagena de Indias (1764-1769). Además, ha presentado su trabajo en diferentes foros nacionales e internacionales (Alemania, Argentina, Francia, Inglaterra, Italia, etc.). 




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