Sevilla desde el siglo XV fue
una de las ciudades punteras de la Corona de Castilla. Prueba de ello fue su
relevante comercio y la instauración progresiva de instituciones tanto civiles
como eclesiásticas considerables. No obstante, habría que esperar al “descubrimiento
de América” y al establecimiento en la misma de la Casa de la Contratación en
1503, para que Sevilla fuese considerada como uno de los “ombligos del mundo
moderno” y estuviera en boca de la mayoría de cortes europeas.
A raíz de su importancia, esta
ciudad sería una de las primeras en la Península Ibérica en acoger la imprenta
y fundar un centro productor. Asunto que no debe dejarnos sorprendidos, puesto
que en pleno siglo XV había sido el principal centro de distribución de
manuscritos.
En este óleo de Sánchez Coello
de finales del S. XVI vemos reflejada esa imagen concurrida, dinámica y viva de
Sevilla como puerto al Nuevo Mundo, donde no dejó de crecer el asentamiento de
extranjeros para hacer negocio, con cuyas nacionalidades se identifican calles
de esta ciudad desde entonces como es el caso de la calle alemanes junto a la
Catedral de Sevilla.
En este contexto, la demanda de
impresos no dejó de crecer, ya que estar informado era relevante a la hora de
tomar decisiones mercantiles o aventurarse en alguna empresa. Por otro
lado, desde ella se empezó a nutrir
parte de la demanda de impresos y libros del mercado americano. Además cabe
señalar su papel como “hervidero de noticias”, ya que era uno los nudos de
comunicación más importantes del mundo moderno, al que llegaban noticias y
cartas sobre la suerte de las posesiones europeas en el Pacífico, Índico y Atlántico.
La imprenta revolucionó la
producción de libros, no obstante, en la Península a pesar de su buena acogida inicial
dejaría paso a un mercado más fructífero y efímero como se trataba el de las
relaciones de sucesos, las cuales acapararían el protagonismo en las imprentas
sevillanas. El hecho de que los impresores apostaran por las relaciones e
impresos menores, no es un casual, sino que fue fruto de una tendencia que
comenzó con la decadencia o falta de competitividad de las imprentas españolas
frente al mercado europeo del libro. Al realizar un análisis a escala europea
del siglo XVI, podemos constatar que
había grandes centros de producción en
Alemania, Italia, Francia y Países Bajos, donde se consolidaron dinastías que
funcionaban como multinacionales del
libro: produciendo y distribuyendo sus impresos por Europa y América a través
de una compleja red de agentes y factores.
Estos centros fueron
competidores feroces tanto para Sevilla como para el resto de las imprentas de
la Península Ibérica; ya que eran más competitivos tanto en precio como en
calidades y su producción era mucho mayor debido al gran número de talleres
(por ejemplo en Venecia a mediados del S.XVI se tenía constancia de unos 150 mientras
que en toda la península existían unos 30 en total). De hecho, si una obra
española tenía éxito, las copias posteriores se hacían en el extranjero o
directamente se llevaban a estas
imprentas para que fueran imprimidas antes de distribuirlas en el mercado.
A la voraz competencia del
marco europeo habría que sumar los problemas antagónicos de la industria
editorial española y la crisis de la industria del libro en Sevilla a mediados
del XVI, asuntos los cuales hemos abordado de forma esquemática en la siguiente
tabla:
Finalmente, cabría decir que
estos factores ocasionaron por un lado la pérdida para Sevilla del rango de
principal centro productor y distribuidor de libros en la Península, y por otro
un cambio radical tanto en su industria como en su producción y mercado. Este
último, quedaría eclipsado por las “potencias editoriales” y tendería a la
importación de libros sobre la producción propia y a la transformación del
sistema productivo para dar protagonismo a impresos menores efímeros de gran
tirada como es el caso de las relaciones de sucesos, las cuales tuvieron su
época de esplendor máximo a finales del siglo XVI y la primera mitad del siglo
XVII, llegando a ser consideradas como el primer periódico de la historia.
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Vista
de Sevilla de Sánchez Coello, óleo sobre lienzo (1576): http://ceres.mcu.es/pages/ResultSearch?Museo=MAM&txtSimpleSearch=Vista%20de%20Sevilla&simpleSearch=0&hipertextSearch=1&search=simple&MuseumsSearch=MAM%7C&MuseumsRolSearch=11&
Sobre el autor:
Francisco José Gómez García
Graduado
en Geografía e Historia por la Universidad Pablo de Olavide, promoción
2012-2016. Periodo en el que desarrolló su interés en la violencia, redes de
comercio y nodos de comunicación de la Monarquía Hispánica en Oriente durante
la Edad Moderna. Su Trabajo Fin de grado, titulado “La masacre de los sangleyes
en el contexto de la imprenta sevillana”, estuvo estrechamente relacionado con
estos asuntos. Además, muestra interés por la historia militar, las catástrofes
naturales en la historia y la archivística. Actualmente, está matriculado en el
Máster en Historia y Humanidades Digitales, organizado por la Universidad Pablo
de Olavide.
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