Un lugar llamado libertad es una novela histórica que apenas
llega a las 400 páginas, muy fácil y rápida de leer, ya que su ritmo interior es muy acelerado, debido a que se aleja de las descripciones que lo caracterizan
en sus novelas más famosas, es decir, la saga de los Pilares de la Tierra. La
novela está ambientada en el Imperio Británico del siglo XVIII, aunque Ken Follet
no es tan preciso con las fechas como en otras obras, podemos acotar la
historia desde el inicio de la segunda mitad del siglo hasta los momentos
previos de la Declaración de Independencia de las Trece Colonias Americanas
(1776).
La novela tiene una cantidad enorme de personajes, sin
embargo toda la historia girará en torno a Malachi MacAsh, miembro de una
humilde familia de mineros escocesa, Lizzie Hallim, hija de una familia
adinerada venida a menos, y la familia Jamisson, familia de terratenientes y negociantes
que atesoran las minas de carbón más productivas de Escocia y diversos
territorios a lo largo y ancho de todo el Imperio Británico.
Los
escenarios en los que se desarrolla se corresponden con las distintas partes en
las que el autor ha querido dividir el libro. Así, la primera parte acontece en
Escocia, la segunda parte en Londres y la tercera (y última) en la Virginia
colonial.
Ken
Follet continúa con sus temáticas más típicas (amor, guerra, venganza) envuelto
en un ambiente muy particular, en el que las ideas de libertad y la lucha por
los derechos de clase e individuales pululaban en un imperio cuyo discurso
predicaba la defensa de dichas libertades por un lado y por otro fortalecía de
manera consciente las viejas estructuras económicas, políticas y sociales.
¿Qué podemos encontrar de histórico
en la novela?
En
esta obra, como en otras del mismo autor, se nos ofrece un trasfondo histórico
muy bien documentado. Aunque quizá el tiempo que transcurre en los viajes
pudiera ser más preciso y estar escrito de manera más clara, los distintos
ambientes en los que transcurre la historia me parecen muy acertados.
A
partir de su lectura el lector percibirá estar en una época enrarecida, llena
de intereses y personalidades de distinto tipo en constante tensión. En la
novela se tratan temas como el derecho a huelga, la independencia del individuo
frente al terrateniente, la represión de las autoridades ante las nuevas ideas,
los métodos usados para asfixiar los motines y los usados para aguantar, las
luchas por salarios y horarios dignos de trabajo, entre otras muchas
cuestiones.
En
la primera parte del libro, el autor nos sumerge en el mundo de las minas de
carbón escocesas, tan fundamentales en los primeros momentos de la Revolución
Industrial. Nos habla de cómo se trabajaba, de las distintas funciones que cada
persona tenía dentro de una mina, de los horarios y la vida que podían llevar
tanto los mineros como los propios terratenientes.
La
segunda parte, desarrollada en Londres presta mayor atención a la circulación
de las ideas que he mencionado antes, sobre todo, la libertad y los derechos de
los trabajadores. Se presencia casi de casualidad los distintos juicios a John
Wilkes, un parlamentario inglés que comenzaba a cuestionar el sistema electoral
a la Cámara de los Comunes y el poder de esta cámara.
Por
último en la parte ambientada en Virginia se puede observar el trabajo y la
vida tanto de los terratenientes que buscaban explotar las nuevas y amplias
tierras como de los esclavos, base fundamental de la sociedad colonial del
momento. También se muestran las ideas que iban a servir como detonante de la
Revolución Americana y de la Declaración de Independencia (1776) de las Trece
Colonias, tanto en distintos diálogos entre señores locales como en las
tensiones ocasionadas por la presión que ejercía la metrópolis sobre estos
territorios. Por tanto se habla de personajes como Benjamín Franklin, George Washington,
Thomas Jeffersson, y otros nombres normalmente protagonistas cuando se trata de
la Revolución Americana.
Valoración
Un lugar llamado libertad es un buen libro, muy entretenido
y bien ambientado. Sin embargo, este tipo de novelas debemos leerlas prestando
muchísima atención a su contenido, sus fechas, su ambiente, sus descripciones y
sus personajes, tratando de extraer de ellas lo histórico y discernirlo de lo
añadido por el autor. En ningún momento lo tratado en estas historias se puede
tomar como una verdad histórica.
Teniendo en cuenta estas premisas, estoy seguro que a
cualquier persona que le guste la historia y que sepa un poco de la época en la
que está ambientada el libro le gustará. El punto más positivo de esta novela
es que puedes insertarte en el contexto de las revoluciones industrial y
liberal, de manera fácil y sin muchos errores, algo que desgraciadamente no es
demasiado común en este tipo de obras.
Interesante reseña del libro ;)
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias por tu apreciación! Espero que puedas leerlo en algún momento. Un abrazo.
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