La Iglesia del Salvador
es uno de los edificios religiosos más importantes y emblemáticos de la ciudad
de Sevilla, y el templo católico más grande de la ciudad tras la catedral. Su calidad
artística, su trayectoria histórica, su relevancia en la vida religiosa de la
ciudad y la actividad de la plaza en la que se encuentra (lugar común de
reunión en el tiempo de ocio de los sevillanos) hacen que sea uno de los puntos
de referencia para cualquier visitante.
Con este artículo, mi
intención es hacer que quienes paseen la próxima vez por la iglesia sepan “qué
ven” en sus retablos más importantes, pues en ocasiones el arte (y aún más el religioso) no solo basta con
contemplarlo, sino que también es necesario entenderlo para poder apreciar
todas las dimensiones del objeto que admiramos.
Fachada de la iglesia
Aunque el edificio tiene
antecedentes muy lejanos (en el Patio de los Naranjos encontramos restos de una
antigua mezquita y de capiteles romanos y visigodos), la consumación de las
obras del edificio actual datan del año 1712. No obstante, su fachada, que
imita el exorno plateresco de la Iglesia de San Francisco de Paula, no quedó
terminada hasta el año 1889. La verja de forja sobre la última grada de las que
dan acceso al templo desde la plaza no se colocó hasta el año 1986.
EL RETABLO MAYOR
El retablo mayor ocupa
todo el frente del presbiterio a lo largo y a lo ancho. Fue realizado por
Cayetano de Acosta entre los años 1770 y 1776, y puede considerarse modelo del
barroco sevillano.
Retablo mayor
Es de planta ligeramente
cóncava, posee un cuerpo de tres calles y un ático. De abajo hacia arriba,
encontramos, para empezar, en la mesa altar, una pieza que ejerce las funciones
de Sagrario y Manifestador, el primero enmarcado entre columnas salomónicas y
cerrado por una puerta de plata cincelada y decorada con pequeñas esculturas de
San Jerónimo y San Ambrosio, el segundo se encuentra en un tabernáculo
sostenido por cuatro ángeles atlantes, que cobija a una imagen de la Inmaculada
Concepción realizada por el autor del retablo.
Retablo mayor
En la calle central, más
arriba, sobresale una repisa volada que sirve de apoyo a un enorme relieve que
representa la Transfiguración de Jesús (o Transfiguración del Señor), es decir,
la “presentación formal” ante los apóstoles como hijo de Dios y Salvador (de
aquí la advocación del templo). En este relieve destaca la escultura de Cristo,
y a sus pies, arrodillados, los apóstoles Pedro, Juan y Santiago el Menor,
sobre cuyas cabezas se dibuja la silueta del Monte Tabor y de la nube que según
los pasajes bíblicos cubrió a Jesús, todo rodeado de una explosión de rayos
dorados. Figuran a ambos lados de Jesucristo las imágenes de Moisés y Elías.
Escultura de Cristo en la Transfiguración
Finalmente, en el ático
del retablo mayor encontramos la imagen de Dios Padre, también rodeado de rayos
luminosos. Se encuentra apoyado sobre una nube en la que se asoman cabezas de
querubines y parece estar escoltado por dos ángeles. La cornisa se muestra
coronada por el escudo real.
Representación de Dios Padre
RETABLO DEL CRISTO DEL
AMOR
En la nave de la epístola
descubrimos el retablo en el que se venera a la imagen del Cristo del Amor,
titular de la hermandad del Amor, tallado por Juan de Mesa entre los años 1618
y 1620. No se conoce el autor del retablo, que ha sufrido numerosas reformas
desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. En el cuerpo principal se
enmarca el hueco donde se expone la imagen del crucificado, aunque en principio
fue trazado para alojar un cuadro de Juan de las Roelas, pintor flamenco del
siglo XVI.
Retablo del crucificado del Amor
A los lados del
crucificado, se exponen las imágenes de Nuestra Señora del Socorro, titular
mariana de la Hermandad del Amor, y Santiago Apóstol. Sobre ambas imágenes se
encuentran las tallas de las que pueden ser las santas Justa y Rufina en
medallones.
El retablo está rematado por un baldaquino sobresaliente donde se aloja una imagen de San José.
Nuestra Señora del Socorro
RETABLO DE SAN CRISPÍN Y
SAN CRISPINIANO
En el muro lateral de la
nave de la epístola encontramos este retablo, realizado entre 1730 y 1733 por
José Fernando y Francisco de Medinilla y dedicado a los santos Crispín y Crispiniano.
Éstos se hallan representados en la hornacina alta, y en la baja y central se
exhibe la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Sagrada Entrada a Jerusalén, el
último de los componentes de la hermandad del Amor.
Retablo de San Crispín y San Crispiniano
RETABLO DE NUESTRA SEÑORA
DE LAS AGUAS
La advocación de la imagen
venerada en este retablo, Nuestra Señora de las Aguas es de origen desconocido,
aunque existen en la ciudad dos leyendas muy conocidas sobre la misma. Algunos,
cuentan que a Fernando el Católico se le apareció la virgen en sueños y mandó a
varios autores a realizarla tal y como se le había aparecido. Se cuenta, según
esta leyenda, que sobre la imagen que describimos el rey dijo que estaba “entre
dos aguas”, refiriéndose a que aunque se aproximaba, no era del todo así. Se
dice que fueron presentadas además la Virgen de los Reyes (patrona de la ciudad
y supuesta elegida por el rey) y Nuestra Señora de Valme. Otra leyenda asegura
que la advocación de esta imagen mariana se debe a las ocasiones en las que se
le pedía que lloviera en épocas de sequía.
Nuestra Señora de las Aguas
Este portentoso retablo
fue realizado por José Maestre entre los años 1722 y 1756. En el zócalo se
puede contemplar una imagen del Niño Jesús atribuida a Martínez Montañés y en
el cuerpo principal del retablo, la Virgen de las Aguas, probablemente tallada
a finales del siglo XIII o principios del XIV. La iconografía de Virgen Majestad
(sedente y mostrándose como trono de su hijo) es muy frecuente de su época.
Retablo de la Virgen de las Aguas
A cada lado de la Virgen,
se encuentran los que fueran obispos de Sevilla, San Leandro y San Isidoro,
realizados por Felipe de Castro en el siglo XVII, así como dos altorrelieves
que representan la Anunciación y la Visitación de la Virgen a Santa Isabel.
En el cuerpo superior del
retablo, también tallado en altorrelieve, puede admirarse la representación de
la coronación de la Virgen, y en el ático la escena de Fernando el Católico
(San Fernando para la Iglesia Católica) adorando a la Virgen. A cada lado, las
imágenes de San José y San Diego de Alcalá.
Coronación de la Virgen en el ático del retablo
ARCO Y ALTAR DE LA
CAPILLA SACRAMENTAL
Esta capilla es la sede
de los titulares de la hermandad de Pasión debido a la fusión, en el año 1918,
con la hermandad sacramental propia de la parroquia. La portada de la capilla es
una obra de Cayetano Acosta entre los años 1756 y 1764, de estilo rococó dentro
del barroco tardío sevillano. De planta levemente cóncava, se organiza en un
banco, dos cuerpos con tres calles y un ático. El primer cuerpo gira en torno a
la puerta de acceso a la capilla, que presenta un arco de medio punto, a cuyos
lados se encuentran adornos circulares con las efigies de Santa Lucía y Santa
Teresa de Jesús. El vano de la puerta se muestra flanqueado por dos pequeños
altares, figurando sobre éstos las imágenes de San Francisco de Sales y San
Felipe Neri, a la izquierda y derecha respectivamente.
Portada de la Capilla Sacramental
Centrada en el segundo
cuerpo se muestra una alegoría de la apoteosis eucarística que sirve de
expositor al Cuerpo de Cristo, adornado por las imágenes de santos
representantes del Antiguo y el Nuevo Testamento. Todo esto está coronado con
la imagen de Dios Padre rodeado de grupos de ángeles infantes.
Portada de la Capilla Sacramental (detalle)
A los pies de este
arco-retablo que da entrada a la capilla, se encuentra la talla anónima de la
Virgen del Voto, titular de la hermandad sacramental y realizada en 1654, y una
imagen de San José con el Niño. Una reja de forja y de autor anónimo tallada en
1752 cierra la puerta.
Virgen del Voto
Ya en el interior de la
capilla, de planta cuadrada, observamos el altar presidido por la escultura de
Jesús de la Pasión, titular de la hermandad de Pasión, obra de Martínez Montañés
en 1615. Este altar de plata procede de la Casa Profesa de la Compañía de
Jesús, y fue cedido a la iglesia del Salvador tras la expulsión de los jesuitas
en el año 1789. A cada lado del Nazareno se veneran las imágenes de Nuestra
Señora de la Merced, realizada por Sebastián Santos en 1966, y San Juan
Evangelista, obra de Gabriel de Astorga en 1862, ambos titulares de la
hermandad de Pasión. Antiguamente se veneraba en este retablo a la anteriormente
nombrada Virgen del Voto.
Altar de la Capilla Sacramental
OTROS RETABLOS
Hay otros retablos menos
llamativos en la iglesia del Salvador por ser de menor tamaño, pero que merecen
ser observados con detenimiento, como los de San Fernando, el Cristo de la Humildad y Paciencia, del de Santa Ana o el de la Virgen del Rocío.
Retablo de Santa Ana
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
Iglesias y
Conventos de Sevilla (Tomo III). Ediciones Tartessos. 2009
IMÁGENES
Propias y de las páginas web de ArteSacro ( http://www.artesacro.org/ ) y Rafaes ( http://www.rafaes.com/ ).
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